Acelerando hacia la gloria
El nuevo Renault RS24, más potente y fiable, debe permitir a Alonso estar entre los grandes
Sus expectativas son enormes, pero él tiene sólo 22 años. A esa edad, la mayoría de los muchachos están estudiando en la universidad o iniciándose en algún trabajo. Éste no es el caso de Fernando Alonso. Tenía cuatro años cuando su padre le sentó sobre un kart y pareció decirle: "Éste es tu camino".
Alonso se agarró fuerte al volante, metió el pie sobre un pedal y descubrió que aquello comenzaba a andar. Todavía no ha parado. Y ahora se encuentra sentado frente a un artilugio rectangular -¡qué paradoja: los coches tienen el volante redondo!- lleno de botones que puede llevarle a la gloria o arruinar su vida. Todo apunta hacia lo primero.
Sin embargo, tal como ya le ha ocurrido otras veces, está ante un nuevo reto del que no puede escabullirse. A lo largo de su carrera, ha crecido entre triunfos y títulos. Y ahora le ha llegado el momento de demostrar si todas las expectativas que ha despertado son ciertas o no.
Con cuatro años de experiencia en la F-1, con una victoria y otros tres podios, tras tener al gran Michael Schumacher pisándole los talones y sin haber sucumbido a la presión que todo eso supone, la exigencia es que se instale en el podio y combata con Ferrari, McLaren y Williams.
Tiene unas condiciones innatas para la conducción que le llevaron en 2003 a ser el piloto más joven de la historia de la F-1 en lograr una pole position y ganar un gran premio (Hungría). Cuenta, además, con la admiración de aficionados, técnicos y compañeros del Mundial: Schumacher le citó entre sus grandes rivales.
Sin embargo, Alonso no será nadie si Renault no pone en sus manos el coche que necesita. "Si todos me colocan entre los favoritos es porque lo soy", asume el ovetense. Ahora está contento y tranquilo después de haber comprobado en la pretemporada que el nuevo RS24 no sólo funciona sino que es más rápido que el RS23 y mucho más fiable.
"Acabó el año desanimado", confiesa una persona del entorno del piloto; "hubo problemas mecánicos. Pero ahora cree que puede dar un paso adelante y meterse de lleno en la lucha por las carreras". El propio Alonso afirmó: "El objetivo es intentar subir siempre al cajón. Hay que ir a por todas".
Renault ha trabajado para darle alas. El nuevo RS24 ha impresionado en los entrenamientos, codeándose con los McLaren, Williams y Ferrari. Sin embargo, existen dudas razonables sobre su comportamiento en la carrera.
La nueva normativa que obliga a las escuderías a utilizar un solo motor por coche y gran premio quebró en seco el desarrollo del innovador motor diseñado por Jean-Jacques His con un ángulo de 111 grados de apertura de los cilindros. Aquel coche, que le dio la primera victoria a Alonso y devolvió a un motor Renault a lo más alto del podio desde 1997, tenía una gran virtud: su centro de gravedad rozaba el suelo. Y eso, unido a un encaje impecable en el chasis y a una buena aerodinámica, producía un coche veloz, seguro y manejable.
Su problema eran los caballos. Tenía 80 menos que sus rivales. Y casi nunca podía alcanzar las 19.000 vueltas (rpm), a las que se optimizaba su potencia. "El problema es que para darle una fiabilidad de 700 kilómetros, los necesarios para entrenamientos y carrera, habrían debido bajar más aún las vueltas y habría dejado de ser competitivo", agregan fuentes cercanas al equipo. A ello se añadió el hecho de que Briatore despidió a His y fue a lo seguro.
Era una involución, pero con las últimas tecnologías. El nuevo motor regresó a las angulaciones clásicas de Renault, a los 72 grados, cercanos a los del motor que tantos títulos les dio en el pasado. Sin embargo, el cambio obligó a realizar un coche nuevo: hubo que resideñar el chasis y el casco y partir de cero en el túnel de viento. Eso es lo que crea dudas. En los simulacros de carrera, el RS24 ha resistido y con nota. Pero habrá que verlo en Melbourne, bajo el nivel de exigencia a que lo sometará Alonso.
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