El fin de la A-92 marca la política de carreteras de la Junta
El fin de la A-92, la autovía que estaba diseñada para unir Sevilla y Almería hace casi una década, fue uno de los hitos de la legislatura autonómica que ahora acaba. Una referencia que deja bien a las claras que los plazos de finalización de obras, cuando se trata de carreteras, siempre acaban por alargarse. Es el caso también de la autovía Jerez-Los Barrios, cuya construcción acumula un retraso mucho menor y, tras pasar enteramente a manos de la Junta, se prevé que estará terminada este año.
Ni se ha finalizado la Jerez-Los Barrios como auguró el presidente andaluz, Manuel Chaves, en su discurso de investidura, ni se ha terminado tampoco con las autovías Jerez-Arcos y Jaén-Úbeda, con algunos tramos aún por licitar. El Ejecutivo andaluz reconoce que le queda por poner en servicio 225 kilómetros de autovía previstos en el Plan Director de Infraestructuras de Andalucía para 2007. Pero sostiene que el incumplimiento del Ejecutivo central es aún mayor: según sus cuentas, la Administración central tiene por hacer 1.010 kilómetros de vías de gran capacidad en Andalucía comprometidos también para antes de 2007. Entre los incumplimientos más relevantes, la Junta cita la Ruta de la Plata, que conecta Sevilla con Extremadura, el desdoblamiento de la N-340, sobre todo en Cádiz y Almería, y la conexión Granada-Motril. El fin de la autovía entre Huelva y Ayamonte, de titularidad estatal, dejó sin embargo al descubierto retrasos de la Junta en las conexiones con esta nueva carretera. En ese sentido, el PSOE plantea ahora un plan para asegurar que el 95% de la población está a menos de 25 minutos de una vía de gran capacidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.