Un fallecido y una desaparecida al intentar rescatar a un submarinista
Lo que se esperaba que fuera un plácido sábado de buceo terminó por convertirse en una tragedia. Un hombre de 33 años muerto y una mujer de 20 desaparecida es lo que ha dejado el rescate de cuatro personas a las que el mar puso en complicaciones cuando practicaban submarinismo en La Herradura, una pedanía de Almuñécar (Granada).
El sábado amaneció lluvioso y con viento de Levante de fuerza 6-7 que, sin embargo, no afectaba demasiado al estado de la mar en esta zona del litoral más expuesta al poniente. Según el personal de una escuela de buceo que participa en las labores de rescate, tres hombres y una mujer se sumergieron hacia las 14.00 por unas escalerillas situadas entre rocas en la zona conocida como Piedra del Hombre, en la punta este de la bahía.
Pero como decían las previsiones meteorológicas, hacia esa hora el viento roló de golpe a Poniente con la misma intensidad. En poco menos de una hora, los buceadores se encontraron con olas de dos metros que les empujaban hacia las rocas en la zona más expuesta. Dos de ellos consiguieron escapar hacia la playa, pero los otros dos (la mujer entre ellos) quedaron atrapados en la zona debido al oleaje y la resaca.
Una ola se la llevó
Descartada la posibilidad de imitar a sus compañeros, intentaron aproximarse a la plataforma desde la que se habían lanzado, pero sólo la chica consiguió subir. Su compañero siguió intentándolo frente a los avisos de los agentes de la Guardia Civil y los voluntarios de la Cruz Roja que le gritaban desde la costa que se mantuviera alejado de las rocas. María C. H., amiga del grupo, según la Policía Local de Almuñécar, intentó desesperadamente lanzarle una cuerda para tratar de salvarlo cuando una ola se la llevó. A última hora de ayer, su cuerpo no había aparecido a pesar de que Salvamento Marítimo, Guardia Civil y Cruz Roja, lo buscan desde la tarde del sábado. Los profesores de la escuela de buceo aseguran que se hundió rápidamente. María iba en vaqueros y llevaba un abrigo blanco, según el equipo de salvamento.
Cuando el personal de la escuela se acercaba en lancha al lugar, Antonio F. A., un buzo de 33 años de Motril, saltó al mar equipado con un traje de neopreno, con la mala suerte de que una ola lo devolvió contra la costa. Antonio se dio un golpe en la cabeza que le produjo una parada cardiorrespiratoria. Tras conseguir reanimarlo, Cruz Roja lo trasladó en coma al hospital de Santa Ana, en Motril, y de allí al de Traumatología de Granada, donde ayer murió.
Después de hora y media en el agua, el último buzo consiguió llegar a tierra. Cruz Roja le dio el alta tras atenderle de pequeños rasguños en la cabeza y las piernas. En la escuela de buceo consideran imprudente practicar este deporte con ese tiempo. "Nosotros, como cada día, salimos al mar a las 12.00, pero a las 14.00 volvimos a puerto porque la situación se complicaba por momentos", concluye uno de sus profesores.
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