La oposición haitiana rechaza toda solución que incluya a Aristide

Delegados de Estados Unidos, Francia, Canadá y países del Caricom (Comunidad Caribeña) llegaron ayer a Puerto Príncipe para entrevistarse con el presidente, Jean Bertrand Aristide, y la oposición y proponer la designación de un nuevo primer ministro con facultades para nombrar un Gobierno que incluya a opositores y establezca un calendario electoral. Washington y Ottawa aconsejaron a sus nacionales que salgan de Haití, en cuya capital los chimeres oficialistas reventaron a golpes y machetazos la última manifestación de estudiantes y sindicalistas. Una quincena de personas sufrió heridas leves.

La oposición rechaza cualquier solución que pase por la permanencia de Aristide en el cargo, ganador de las elecciones generales del año 2000, con el boicoteo de la oposición, que denunció tongo. La fórmula de la comisión internacional despachada a Puerto Príncipe protege la presidencia del ex cura salesiano hasta las generales de febrero del año 2006, pero favorece autoridades de consenso y un adelanto electoral para conjurar la crisis. La Organización de Estados Americanos (OEA) se pronunció en esa dirección. El embajador de Estados Unidos, James Foley, se reunió con Aristide para pedirle que acepte la propuesta.

El asediado gobernante de Haití aceptó hace semanas, con reservas, el nombramiento de un primer ministro de consenso y el desarme de las bandas oficialistas, de improbable consecución, pero argumenta que sólo las urnas, y en los plazos fijados por la ley, pueden decidir su relevo. El espacio cedido por las partes en los sucesivos contactos diplomáticos no es suficiente para el acuerdo porque tanto Aristide como la oposición confían en imponerse en la calle, acogotar al adversario y obligarle a cesiones sustantivas en la mesa de negociaciones. Mientras, las huestes del comandante Guy Philippe mantienen ocupada la ciudad norteña de Gonaives y estudian, o ejecutan, el avance hacia otras pequeñas localidades. La policía y las bandas de chimeres impiden su penetración en Puerto Príncipe.

El machete y los tiros progresan más que los políticos allí donde pueden hacerlo. La tarde del pasado viernes, partidarios del Gobierno apedrearon y cargaron con botellas y armas blancas contra una manifestación que exigía, en Puerto Príncipe, la renuncia del presidente Aristide y la liberación de 11 sindicalistas, detenidos el pasado 24 de enero. Asimismo, protestaron contra el posible envío de una policía multinacional a Haití, opción discutida en varias cancillerías de la región. Más de 50 personas han muerto en la nación antillana desde el comienzo de las protestas, que parten de las denuncias de fraude efectuadas por la oposición durante las elecciones legislativas del año 2000, copadas por el oficialismo.

Canadá aconsejó a su gente que abandone Haití porque "la situación es volátil" y susceptible de empeorar. España, con 80 compatriotas en Haití, y el Reino Unido recomendaron no viajar a este país, mientras cuatro militares estadounidenses llegaron con instrucciones de preparar la eventual evacuación de su embajada.

Circular en los hoteles

Una circular en el tablón de anuncio de los principales hoteles de la capital anima a los norteamericanos a dejar Haití en vuelos comerciales "antes que la cosa se ponga peor". La repatriación oficial, precisa la nota, "no será gratis y no incluye a las mascotas".

Los diplomáticos de los países de la Unión Europea y de Estados Unidos se mueven intercomunicados por radio y tienen prohibido, por sus respectivos Gobiernos, salir de noche. Durante los violentos episodios acaecidos este mes, dos diplomáticos yanquis fueron tiroteados, pero, exceptuando escenarios concretos, la crisis política y los esporádicos asaltos a varias comisarías no han alterado la rutina de Puerto Príncipe, el afán de sus más de dos millones de habitantes por la supervivencia y la apetencia de farra en los carnavales de estos días.