Ídolos juveniles en el Vall d'Hebron
6.000 jóvenes participan en la macrofiesta del noveno aniversario del programa de radio 'Fan Club' de Los 40 Principales
Es verdad que tienen la memoria frágil y que sus ídolos no lo son de por vida, pero mientras dura la entrega ésta es absoluta. Henchidos por una pasión efervescente se lanzaron unos 6.000 jóvenes al polideportivo del Vall d'Hebron, que tuvo que abrir sus puertas con antelación a fin de proteger de la inclemente lluvia a los ansiosos que ya estaban allí a media tarde. El programa radiofónico Fan Club celebraba sus nueve años de edad y los fieles oyentes no se lo quisieron perder.
El veterano espacio de la Cadena 40 puso todos los ases sobre el escenario y la fiesta tuvo nombres de relumbrón, muchos de ellos surgidos de la factoría de ídolos OT o de la de Un Paso Adelante, otra fábrica de sueños.Austin, un chico que quiere ser el Craig David hispano, Nika, Natalia, Vega -una cantante que se sale de los patrones propios de los triunfitos, aunque sólo sea porque canta con una guitarra-, Hugo, Pablo Puyol y Las Niñas fueron, entre otros, los que se encargaron de ir caldeando un ambiente que no precisaba calentamiento alguno. Entre un griterío tan enternecedor como ensordecedor, Tony Aguilar, el presentador del espacio, siempre vestido como si hubiese quedado con Eminem en una hamburguesería, iba dando paso a los sucesivos nirvanas que se provocaban desde la tarima. Sobre ésta los artistas despachaban sonrisas, saludos y un par de temas.
En las tripas del recinto los artistas más famosos se dejaban ver ante un panel publicitario y respondían a las preguntas de la prensa. Bueno, algunos cantaban, como ese impagable Bustamante que al menor despiste mostraba sus habilidades canoras sin que hubiese razón aparente. Simpática como siempre, Rosa le daba su teléfono a Tiziano Ferro, "para lo que quieras, majo", mientras se colocaba una horquilla rebelde que quería escapársele del moño. Lucía corbata negra y, por ello, exclamaba "voy alicatada de hombretón" mientras entre parabienes y sonrisas se dirigía hacia donde había de posar ante las cámaras. Allí, una presentadora de televisión que mostraba alegre gran parte de las zonas sensibles de su cuerpo le comentó un truco de costura para disimular curvas excesivas.
Ya en escena las curvas fueron también protagonistas con Chenoa. Sus movimientos bruscamente sensuales fueron rematados por el abandono de su chaqueta, de suerte que Soy lo que me das la interpretó en sujetador.
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