El silencio minado
(Sobre la calma en el centro del huracán). Nevenka Fernández es una superviviente, lo normal es que estuviese muerta. Ésa es una certeza que sitúa la existencia del relato de Juan José Millás y nuestra lectura entre paréntesis, en una aparente calma que se asemeja a la que se produce en el centro del huracán. Este hito en el periodismo literario español es un artefacto de suspense que no se puede cerrar. Estamos ante una clase de libro que emite señales y libera preguntas. Es al mismo tiempo un barómetro y una turbulencia.
(Sobre las ondas concéntricas). Para describir el proceso de escritura de una obra se ha utilizado muchas veces la metáfora de las ondas concéntricas. Una más no importa. Hay un impulso inicial que provoca esa expansión, que desata la historia. Es algo que se ha caído de nuestra cabeza y ha ido a parar al agua. Una brizna de la memoria. Un recuerdo en forma de guijarro. Una pregunta salvaje alcanzada por un disparo. Los ojos de una muchacha acosada, aterrorizada. Pero lo que ocurre de original con el relato de Juan José Millás a partir de Nevenka Fernández es que se pone en marcha el movimiento expansivo de la escritura y también su contrario. El libro avanza en dos direcciones. El movimiento de Hay algo que no es como me dicen es de flujo y reflujo. No es sólo una muchacha lo que se ha caído al agua. Ella ha podido salir a flote para contarlo, pero amarrada al cuello llevaba una especie de caja negra que no sólo registra la gestación del suceso sino que también implica al mundo de lo extrínseco, a esa construcción social que llamamos realidad, y en la que el hilo macho es la colectiva historia educativa. Esa caja negra o arqueta sellada contiene el algo que no han contado. En esa dirección, hacia el fondo, camina la escritura. Por un lado, lo que ya ha pasado va a volver a pasar. Leemos el libro de Millás con una angustia de la anticipación, siguiendo las ondas que vuelven al primer círculo, a la burbuja. Por otro lado, y ése es el efecto compensatorio, el núcleo duro del silencio, allí donde el silencio se creía invulnerable, queda desatornillado.
HAY ALGO QUE NO ES COMO ME DICEN: El caso de Nevenka Fernández contra la realidad
Juan José Millás
Aguilar. Madrid, 2004
209 páginas. 16,90 euros
(Sobre la mujer 'callada'). El mismo día que leo el libro de Millás sobre el ex alcalde de Ponferrada, sobre la estrategia depredadora de un poder que pretende ocupar también los cuerpos, la radio informa de una manifestación de mujeres por el caso de abuso de la autoridad de Toques a una menor. En la calle, estas mujeres ejercen por todos nosotros la crítica literaria. La estadística funciona como un texto espeluznante, como una acumulación de thrillers. Cada día, todos y cada uno de los días, al menos cuarenta mujeres demandan en España una orden de protección. Las mujeres que ejercen la crítica literaria en la calle no están de acuerdo con los eufemismos y llaman violencia machista a la denominada violencia de género. El ya denominado terrorismo doméstico ha dejado un balance de 103 víctimas mortales el pasado año, de lo que se deduce que el hogar es uno de los lugares más peligrosos para la mujer (y los niños). En el libro de Millás hay un gran momento de intensidad dramática y es cuando Nevenka mira la pecera en la casa paterna. Se da cuenta de que han ido desapareciendo los peces en un recinto que para ella simbolizaba la máxima placidez. La depredación en la pecera se produce en silencio. Cuando Nevenka dice no, no sólo desata la furia de la autoridad que la acosa. Pone en cuestión la construcción histórica en la que el pensamiento reaccionario ha puesto más empeño, el objetivo en que coinciden todos sus textos, orientación educativa, sermonarios y discursos: la consecución de la "mujer callada". En el paroxismo franquista, la "mujer guirnalda" (ése era el título del más divulgado libro educativo sobre las mujeres ejemplares: Guirnaldas de España). En contraposición, el ser más horroroso de la creación: la "mujer liberal". La mujer que habla.

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