_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El precio de las sonrisas

Objetivo: escribir una columna periodística con retazos de conversaciones oídas por la calle. Antecedentes: juegos infantiles en los que se redescubre el absurdo.

El intrépido reportero sale pronto de su casa, armado de una pequeña libreta y de un bolígrafo corriente. El día transcurre con aparente normalidad: los caballeros caminan cargando las bolsas de la compra, y las señoras acuden a sus importantísimos puestos ejecutivos. Primer retazo de charla oída a un peatón: "Desde luego, qué diferencias de precios entre supermercados". La comunicación se corta. Cambio. Capto otra señal: se oye alto y claro. La mujer hacia la que he apuntado mis antenas manifiesta: "Pero entre Rajoy y Zapatero"... Cambio. Llega a mi longitud de onda una nueva comunicación emitida por otro terrícola: "Sobre todo las anchoas".

Revisemos los resultados, unidos cual culebra conversacional: "Desde luego, qué diferencias entre supermercados, pero entre Rajoy y Zapatero, sobre todo las anchoas". No va mal la cosa. Situemos un sublime punto ortográfico a este nivel. Corto y cambio, pero sigo a la caza de otros fragmentos de vida: "Qué te cuesta una sonrisa", dice un viandante. Cambio y enfoco a otro lado. "¿Cien euros?", exclama un chaval que camina con su amigo examinando un móvil de última generación. "¡Guau!", ladra un perro, que también tiene derecho. Resultado: "Qué te cuesta una sonrisa. ¿Cien euros? ¡Guau!"

Parece mentira, y, por un momento, llego a pensar que lo es. Pero mi bolígrafo se cimbrea hacia otra esquina: un paseante se suena los mocos. Eso no lo apunto, aunque se asemeja a una trompeta. "¡Y él, todo el día tocándose las narices!", dice una dama que pasa a mi lado. Giro nuevamente mi dial auditivo, y lo que escucho es lo siguiente: "Claro, de algo hay que vivir". Anotación personal: ¡Nunca hubiera creído que en una democracia todo el mundo pudiese estar tan de acuerdo!

Resultado final: tras unas cuantas anotaciones de este tipo, retorno a casa y examino los apuntes. El paseo ha merecido la pena: es mejor que utilizar la cinta para andar del gimnasio, en la cual avanzas lo mismo que el vecino de la cinta de al lado, a pesar de que él haya corrido como un gamo enloquecido. Conclusión: no la hay. Como la mayoría de los proyectos, éste no ha servido para nada. Lo único que se puede desprender del experimento es que el aire está fresco, y que el polen de las mimosas flota por ahí. Lo certifican mis ojos enrojecidos, aunque no puedo discernir si están así a causa de tanto polen, o por culpa del precio de las sonrisas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_