"Va a ser verdad que aquí no se puede ganar"

No hay leyes en el universo caótico de un partido de fútbol. La realidad no existe, y si existe, se registra de tantas maneras contradictorias como ojos la contemplan. Las cámaras de televisión dicen una cosa. Cada cámara una distinta. Rafa Benítez, el técnico del Valencia, dice otra. Queiroz, técnico del Madrid, exactamente la contraria, o no dice nada. Los jugadores, cada uno en una realidad. Y algunos, en varias distintas a un tiempo, como Roberto Carlos, que declaró en una emisora que "fue penalti" y en otra que no. Muy distinto de la certeza de Benítez, que denunció la manipulación por parte del cuarto árbitro de la placa electrónica que anuncia el tiempo añadido. Y mucho más distinto de la certeza de Ronaldo, que compareció ante los medios en todo su esplendor dichoso y dijo: "Hay que divertirse más. Esta semana ha sido increíble. ¡Todo el mundo se ha quejado! Yo creo que hay que disfrutar del fútbol".

Cada uno a su rollo. Raúl, el objeto de la presunta falta que dio lugar al penalti, salió cabizbajo, a paso rápido, nervioso y sin decir nada. Como Figo y Guti. Marchena, el presunto responsable de la falta fatídica, habló poco y no fue muy claro: "Tienen parte de razón los que dicen que es imposible ganar aquí. El vestuario está indignado. En el campo no me ha dado la sensación de que era penalti. Tengo que verlo por televisión. Creo que el linier ha dicho que yo agarré a Raúl por detrás, pero yo no lo agarré. Cuando he sentido que el árbitro pitaba creí que era una falta en contra del Madrid".

Benítez, el entrenador del Valencia, se pronunció confesando una irritación contenida, pero sonriendo: "Siento una rabia y una decepción muy grande pero tengo que ser responsable y controlarme. Es difícil explicar lo que ha pasado. Son muchos profesionales trabajando y haciendo un gran partido. Ahora lo complicado es explicarles a los jugadores que hay que seguir trabajando. Como nos hemos convertido en un rival muy fuerte, ahora tenemos que hacer el doble para lograr la mitad. ¿Qué les vas a decir a los jugadores ahora? ¿Cómo les levantas el ánimo?".

"¿Así que Benítez dice eso?", se encrespó Roberto Carlos; "pues si quiere ganar otra Liga que trabaje el doble". Y Benítez prosiguió: "No es penalti. Puedes estar cien partidos y esa jugada no la pita nadie. Además, el cuarto árbitro había marcado un minuto y luego, sin venir a cuento ha cogido el panel indicador y ha cambiado el uno por el tres cuando íbamos ganando". "Y el penalti, claro que fue", zanjó Ronaldo. "Yo lo vi de cerca: Raúl estaba mirando el balón y le empujaron para que no pudiera controlarlo. Pero por favor, no hablemos del árbitro que el fútbol es muy bonito y ellos unas veces toman una decisión a favor y otras en contra. Son humanos".

Cañizares, líder espiritual del Valencia, vio felicidad en los suyos: "En el vestuario he visto satisfacción porque vinimos a hacer un trabajo y lo hicimos. Hasta la jugada de estrategia nos salió bien, en el gol, y fue la gota que colmó el vaso. Luego pasó lo que pasó, y moralmente nos duele, pero nos vamos del Bernabéu como ganadores morales. Ahora sabemos que el campeonato puede ser nuestro y vamos a luchar. Hemos estado al nivel del que hasta ahora ha sido el mejor equipo de España".

Carboni fue más allá: "Hemos demostrado que somos los mejores. Hasta los madridistas se han dado cuenta que ha sido un penalti político". Y Albelda, más allá todavía: "El árbitro me ha dicho que Marchena había cogido a Raúl. ¿Qué va a decir? Estaba más pálido que... Estaba asustado. Yo le he dicho que consultase al linier, porque encima ha pitado tarde. Creo que así como a nosotros nos suspenden con las tarjetas, a los árbitros deberían mandarlos al congelador. Yo, si fuera el comité, a éste lo mando al congelador".