"El mundo del rock no está lleno de brutos"
Los Suaves, grupo orensano de rock que cuenta incluso con una plaza con su nombre en su ciudad, presenta mañana en la sala Jam de Bergara Si yo fuera Dios (Locomotive Music), su décimo álbum de estudio. Próximo a cumplir 25 años en la carretera, el bajista Carlos Charly Domínguez (Ourense, 1952), un apasionado de Thin Lizzy, es el único superviviente de la formación original, junto a su hermano, el cantante Yosi.
Pregunta. Los Suaves representan una lectura clásica del rock.
Respuesta. Cuando empezamos se llevaba el tecno y las guitarras se estaban perdiendo. Pretendimos reivindicar la guitarra rítmica, que es la esencia del rock, y ponerla en su plano, no olvidarla tapada por bajos contundentes y montones de teclas haciendo algo cursi. Y eso sigue siendo fundamental en el sonido de Los Suaves, que tiene que ser contundente, claro y alto.
P. Pero rompen el estereotipo del rockero al que sólo le interesa meter ruido.
R. Claro, no se puede meter a todos en el mismo saco. Aunque haya grupos que, por sus limitaciones o por su fondo cultural, no tengan la capacidad para saber ligar frases o contar historias, el mundo del rock, del heavy o del hard rock no está lleno de brutos.
P. ¿Qué le diría a quienes piensan que Los Suaves son unos dinosaurios del rock?
R. Son cosas que no puedes evitar, y asumimos todo eso, pero no sé por qué al llegar a una cierta edad te tiene que dejar de gustar la música y, en cambio, puedes seguir yendo al cine hasta que te mueras. Nunca he entendido por qué sólo es patrimonio de actores, escritores, escultores y demás llegar a los 90 años trabajando por la cultura.
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