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El Príncipe anima a buscar "la paz" en la apertura del Año Xacobeo

Ibarretxe destaca el derecho de los pueblos como garantía de convivencia

El príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, presidió ayer en la Colegiata de Santa María la Real de Roncesvalles (Navarra) el acto oficial de apertura del Año Xacobeo 2004. Desde la puerta de entrada del camino en la península Ibérica, don Felipe animó a los miles de peregrinos que se prevé que recorran el camino en este primer año santo compostelano del siglo XXI, y en particular a los jóvenes, para que transiten por la ruta "respondiendo a la llamada de la esperanza, de la paz y de la concordia".

Un sol espléndido y apenas cinco grados de temperatura recibieron en la pequeña villa de Roncesvalles, la primera etapa española del Camino de Santiago, al Príncipe, a la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, y a los presidentes de las ocho comunidades autónomas por donde discurre la ruta compostelana: Navarra, Aragón, Euskadi, La Rioja, Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia. Todos ellos recorrieron a pie los 1.300 metros que separan el alto de Ibañeta de la colegiata de Roncesvalles, villa navarra de apenas 10 edificaciones y 28 vecinos permanentes.

El paseo y la asistencia al acto oficial de apertura del primer itinerario cultural europeo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993, propiciaron la charla amigable de representantes políticos de muy diverso signo. Don Felipe caminó flanqueado por Pilar del Castillo y el presidente de Navarra, Miguel Sanz, quien, a pesar de no mantener relación oficial alguna con el Gobierno vasco, conversó animadamente con el lehendakari, Juan José Ibarretxe. El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, caminó en primera fila todo el trazado, ayudado por su bastón e intercambió saludos con los demás presidentes: Marcelino Iglesias (Aragón), Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Miguel Ángel Revilla (Cantabria), Pedro Sanz (La Rioja) y Vicente Álvarez Areces (Asturias).

El prior de Roncesvalles, Jesús Labiano, recibió al Príncipe a las puertas del templo. Ya en el interior, el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, el primero en intervenir, habló del camino como "la gran avenida" de una Europa que busca su identidad, "fraguada, entre otras, en la cuna del cristianismo", y una vinculación entre identidad europea y "orígenes cristianos" del continente.

Don Felipe deseó que el Camino de Santiago siga siendo una "ruta de integración", dada su naturaleza "de río fecundo de enseñanzas duraderas". Por ello, quiso animar especialmente a los más jóvenes a que lo transiten durante este año jubilar "desde la convivencia y el respeto a los demás" en una llamada, dijo el Príncipe, "a la paz y la concordia de este tesoro inagotable" que es la ruta jacobea.

El lehendakari pronunció un discurso jalonado, al igual que el del presidente navarro, Miguel Sanz, por algunas frases en lengua vasca. Ibarretxe se refirió a la "corriente humana y cultural" que ha recorrido la ruta jacobea durante siglos y que ha forjado, dijo, los valores sobre los que asienta la sociedad democrática: "El respeto a todos los derechos humanos, a todos los derechos de las personas y de los pueblos, como única garantía de convivencia en paz".

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Don Felipe, junto a Miguel Sanz (izquierda), Manuel Fraga y, detrás, Juan José Ibarretxe, en la apertura del Año Xacobeo.
Don Felipe, junto a Miguel Sanz (izquierda), Manuel Fraga y, detrás, Juan José Ibarretxe, en la apertura del Año Xacobeo.EFE

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