Rotar o morir

El último empleado en abandonar el pabellón madridista de la Ciudad del Fútbol de las Rozas es el ex profesor de la Universidad de Roma Walter di Salvo, preparador físico del equipo. El italiano sale de su despacho llevando una bolsa de mano de cuero negro con un ordenador y un archivo de estadísticas donde contabiliza desde los resultados de las pruebas analíticas hasta los kilómetros recorridos por todos los jugadores, individualmente, durante cada partido. Debe ser minucioso, pues cada jornada, cada minuto de competición, juega en contra del nivel físico de los futbolistas que, según las estadísticas, son los más utilizados del mundo. De los informes de Di Salvo depende la administración de la energía.

Es imposible encontrar un jugador que haya jugado más que Salgado: 2.634 minutos

El trabajo de Di Salvo equivale al equilibrismo: explotar toda la energía posible y, a un tiempo, evitar el cansancio y las lesiones. El equipo técnico considera que sin rotar o sustituir a los futbolistas no habrá posibilidades de que lleguen a marzo en condiciones de resolver con éxito una campaña marcada por la estrechez de la plantilla y la longitud de las competiciones.

Helguera, Guti, Ronaldo, Raúl, Figo y Salgado, son los futbolistas a los que, según los estudios del Madrid, conviene dar descanso en estos días. Helguera y Guti rotaron en favor de Pavón y Borja, contra el Málaga el sábado pasado. Guti se quedó en el banquillo porque había pasado de jugar esporádicamente a intervenir como titular en cinco partidos seguidos de Copa y Liga contra Valencia, Sevilla, Valladolid y Villarreal sin ser sustituido ni una sola vez. Helguera, porque las eliminatorias de Copa y la Liga le llevaron en el último mes buena parte del depósito. Quedan Figo, Ronaldo, Salgado y Raúl.

Como la demanda de los galácticos supone una presión política ineludible a la hora de alinearlos, y como la fisiología no se ajusta al salario, en el caso de Roberto Carlos, Ronaldo, Figo, Zidane, Raúl y Beckham las rotaciones se reemplazan por sustituciones, bajas por lesión y convenientes sanciones arbitrales, saludadas con satisfacción desde el banquillo. Así, Roberto Carlos recuperó fuerzas gracias a una lesión muscular; Ronaldo descansó merced a una pequeña intoxicación -no jugó contra el Sevilla-; y Figo sufrió un golpe y fue sustituido en el minuto 30, ante el Sevilla, y en el minuto 70 frente al Málaga. Quedan Raúl y Salgado.

La rotación de Raúl con un futbolista de calidad equivalente es a ojos de Queiroz, el técnico, imposible. Por lo tanto, el capitán será sustituido: contra el Málaga salió en el minuto 70. El caso de Salgado es el más dramático. Además de ser el más utilizado de la plantilla, el gallego no ha sido sustituido nunca. El día que no jugó, contra el Sevilla en Liga, su equipo sufrió el peor golpe de la temporada. Por fin, Queiroz ha encontrado en Mejía un futbolista al que cree capaz de reemplazar a Salgado en el lateral derecho al menos una jornada.

Una jornada de descanso -una vez cada seis partidos, o en seis dosis de 15 minutos distribuidas en seis jornadas- es todo lo que Di Salvo dice que necesita para sostener el estado físico de los futbolistas. El primer método es factible con la clase media y baja. El segundo, el descanso dosificado para satisfacer a la audiencia, se aplica a las estrellas: Ronaldo ha sido cambiado once veces; Zidane nueve; Raúl siete; Figo seis; y Beckham, que es un mediofondista privilegiado, sólo cinco.

El descanso después del esfuerzo es una de las bases del estado atlético. "Supercompensación" es la palabra que usa Di Salvo para describir el mecanismo de defensa que es la reacción del organismo al trauma del esfuerzo. "El efecto benéfico de la supercompensación", explica el preparador, "sólo se aprecia tras la recuperación" que otorga el descanso, entre dos y cuatro días, según cada atleta. El índice de recuperación se mide con análisis de sangre o mediante la cuantificación de los kilómetros que recorren, medidos por una cámara especial jornada a jornada: si el kilometraje decrece es señal de cansancio.

Si el descanso se interrumpe continuamente con partidos, como ocurre con los futbolistas del Madrid, el estado físico decae, se pierde el apetito y el organismo se encalla en una especie de letargo permanente llamado "sobreentrenamiento"... cuando no se producen lesiones musculares o articulares.

El Madrid suma 3.317 minutos de competición; el Valencia, con una plantilla más numerosa y versátil, 2.631, ocho partidos menos. En Europa, considerando Liga y Liga de Campeones, el Madrid ha disputado 2.723 minutos, el Juventus 2.454, y el Bayern 2.347. Sólo el Arsenal -con la Liga inglesa más avanzada que la española- supera al Madrid con 2.814 minutos. Pero incluso en el Arsenal es imposible encontrar un sólo jugador que haya jugado más que Salgado, que lleva 2.634 minutos entre Liga y Liga de Campeones. El futbolista más utilizado de los gunners, el lateral izquierdo Cole, ha jugado 2.492 minutos; un poco más que Zambrotta, del Juventus, que con 2.023 minutos es uno de los más exprimidos de Italia.