La presión les mejora
El futuro está ahí. Lo marca el equipo más joven del Grupo Mundial que ha sido capaz de ganar fuera y en una superficie indoor, sin contar con toda la artillería, haciendo valer la capacidad española para formar varios equipos, y superando un resultado adverso. Esto es una realidad. Estamos ante unos jugadores a quienes no les tiembla la voz cuando afirman que les gusta jugar bajo presión. Les encanta eso. Les hace mejores.
Lo que marca la diferencia entre Nadal y la mayoría de jugadores es su forma de pensar. Sabe cómo sacarse de encima la tensión y se motiva en los grandes momentos. Entre el primer día y ayer habían cambiado ya muchas cosas: no sólo se notó una mejora notable en su juego porque estaba más tranquilo, sino que realizó una excelente lectura del partido, acelerando o frenando cuando era necesario. Entender eso cuesta a veces. Pero él lo ha comprendido en su tercer partido de Copa Davis.
También Feliciano López supo liberarse de la presión. Debía resolver un partido difícil: el equipo dependía de él. E hizo valer la calidad de su saque para establecer distancias. En este tipo de superficies rápidas éste es un golpe diferencial. No le importó perder la segunda manga. Después se agarró de nuevo a su saque, demostrando que sabe adaptarse a su nueva situación en el equipo. En Australia ya contamos con él para el doble y aquí volvimos a seleccionarle. El saque le da un plus extra y habrá que contar con él cuando juguemos en hierba o en interior.
El equipo está muy abierto. Nadie puede sentirse fijo, a excepción de los dos top ten, Ferrero y Moyà, que aún marcan diferencias.
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