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Reportaje:AUTOMOVILISMO | Fórmula 1: primeros entrenamientos de la nueva temporada

Schumi, tan ancho

El campeón, confiado pese a los espectaculares cambios en los coches de sus rivales

Robert Álvarez

El caníbal fue el apodo con el que pasó a la historia Eddy Merckx, el ciclista que en los setenta no concedía siquiera las migajas a sus rivales. Lo quería ganar todo y lo ganó casi todo. En otro deporte, la fórmula 1, en otra época, la de la competitividad extrema y la de las astronómicas inversiones económicas, Michael Schumacher emula el instinto depredador del belga. Su voracidad es infinita. Suma seis títulos mundiales, 70 victorias y tantos récords que es prolijo precisarlos. A sus 35 años, casado y con dos hijos, multimillonario y acosado por una jauría de jóvenes encabezados por Kimi Raikkonen y Fernando Alonso y algunos meritorios, como Juan Pablo Montoya o Rubens Barrichello, Schumi no da síntomas de flaqueza: "Estoy más motivado que nunca porque amo la competición y las carreras". Los primeros ensayos con vistas a la temporada que se inicia el 7 de marzo en Australia, no han hecho sino confirmar que el seis veces campeón está dispuesto a vender cara su piel. A las primeras de cambio, nada más empuñar el volante del nuevo Ferrari, ha demostrado que sigue siendo tan rápido como siempre. La semana pasada dio sus primeras 115 vueltas con la renovada bala roja. Bastó para que día tras día rebajara el récord del circuito de Fiorano (56,835 segundos) hasta dejarlo en 55,999s.

Pero el campeón va a tener delante no sólo a pilotos más curtidos sino que, muy a su pesar y a los patronos de su escudería, las reglas van a continuar obligándole al más difícil todavía. El presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, indignado por lo que aconteció la pasada temporada, había solicitado a la Federación Internacional una revisión del sistema de puntuación. "No tiene sentido que Raikkonen, que sólo ganó un gran premio, terminara a sólo dos puntos de Schumacher, que ganó seis", argumentó el patrón. La FIA hizo oídos sordos. El sistema de puntuación será el mismo: 10, 8, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 puntos se repartirán los ocho primeros de cada carrera. Sin embargo, habrá novedades. De entrada, la temporada constará de 18 grandes premios, dos más que el año pasado. La fiabilidad de los motores deberá mejorar porque no podrán ser cambiados ni sufrir modificaciones importantes en el transcurso de los tres días de cada gran premio: los entrenamientos del viernes, la dos sesiones de calificación seguidas que se disputarán el sábado y la carrera el domingo. Tras la segunda cronometrada del sábado que establecerá la parrilla de salida, los coches quedarán en régimen de parque cerrado y el combustible que tengan será con el que deban comenzar la carrera.

Las escuderías han trabajado en conseguir motores con mayor fiabilidad, con la garantía de que puedan cubrir un mínimo de entre 750 y 800 kilómetros sin romperse. Lo explica Alonso, que afronta su segunda temporada con la escudería Renault: "La fiabilidad va a ser determinante. Se busca un monoplaza seguro y rápido más que uno muy rápido pero débil". El asturiano rodó de forma satisfactoria en los ensayos de Montmeló. Marcó buenos registros (1m 14,665s fue el mejor) aunque no pudo superar el tiempo del BAR Honda del japonés Takuma Sato (1m 13,797). "El nuevo motor es más potente que el anterior, pero sin la agresividad de éste a altas revoluciones, lo que permite salir con mayor comodidad de las curvas", explica.

Las especificaciones de la FIA también han obligado a los ingenieros y diseñadores a introducir retoques en la aerodinámica de las carrocerías. El más espectacular ha sido el exhibido por los Williams FW26, con un morro en forma de morsa nunca visto. Se trata de dos generosas asas que sostienen el alerón delantero y permiten así dirigir de manera más adecuada la refrigeración en los pontones laterales. A diferencia del innovador modelo de Williams, Ferrari mantiene un diseño tradicional y ha introducido pocos cambios en el F2004. Se ha mejorado la eficiencia aerodinámica del coche con el uso de materiales más ligeros en la construcción de la caja de cambios, de titanio, mientras que el chasis, aunque nuevo, mantiene el diseño. Otra novedad es la abolición del sistema automático de salida (launch control) o control de la arrancada y de las cajas de engranaje automáticas. Pequeños detalles que favorecen a los avispados, al igual que puede tener gran incidencia la guerra de neumáticos entre Michelin y Bridgestone, la marca por la que ha vuelto a apostar Ferrari. En última instancia, detalles que se quedan en nada ante al listón impuesto por Schumacher.

Montoya, con su nuevo Williams, en los entrenamientos celebrados durante este mes en Montmeló.
Montoya, con su nuevo Williams, en los entrenamientos celebrados durante este mes en Montmeló.REUTERS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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