El empuje de los escritores del sur
Vecinos de los grandes municipios meridionales de la región acaparan varios premios literarios nacionales
El sur de Madrid es un torrente literario difícil de contener. Cada vez más vecinos de los municipios de esta zona de la región ven su nombre destacado en las reseñas de los premios literarios más importantes del país. No lo da el agua que sale del grifo, ni vivir a 20 kilómetros de la capital. El empuje del sur en el campo de las letras tiene mucho que ver con la vitalidad de sus habitantes, según el poeta Alejandro Céspedes, premio Hiperión en 1994 con su quinto libro, Las palomas mensajeras sólo saben volver. "En los municipios de esta parte de la Comunidad vive gente muy joven, muy emprendedora, que crece, se embarca en multitud de proyectos y acaba destacando", apunta Céspedes, que dirige el área de Cultura en el Ayuntamiento de Móstoles.
Fuenlabrada impulsó una asociación de mujeres con inquietudes narrativas
"Tenemos la suerte de estar cerca de Madrid y de tener una juventud muy fuerte e ilusionada, pero el problema es que no hay buenas salidas para todos esos escritores porque la cultura está muy institucionalizada", razona. Céspedes comenzó a escribir de niño y enseguida fue sumando premios a su currículo. "Les hacía las redacciones a mis amigos para que me dejasen jugar al fútbol; después gané el Miguel de Cervantes, que era un premio para escolares", rememora el poeta. Luego disfrutó de una racha de dos años seguidos haciéndose con un premio literario que convocaba UGT y a los 15 años consiguió el máximo galardón del Premio Rafael Alberti, de las Juventudes Comunistas.
Desde 1987 trabaja en Móstoles, siempre en el área de Cultura. Céspedes y Juan Carlos Martín Ramos, que se ha agenciado el último Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Lazarillo, tienen muchas cosas en común. Martín Ramos también utiliza la expresión "escribo desde siempre"; la poesía es uno de los motores de su faceta literaria, y también él forma parte de la plantilla de un ayuntamiento del sur. Este escritor de 44 años desarrolla su jornada laboral en la Concejalía de Educación de Fuenlabrada, pero confiesa que sus dos grandes amores son la literatura y los títeres. "Escribía para un teatro de títeres, siempre para niños y sin la ambición de publicar, porque lo que hacía no acababa de convencerme", relata Juan Carlos. Hasta que decidió presentar su obra Palabras que se lleva el viento al premio nacional Leer es Vivir de la editorial Everest.
"Me sorprendió mucho ganar porque, al fin y al cabo, yo era un recién llegado frente a los autores de prestigio que concursaban", apunta este cordobés, que desde los 14 años vivió en Móstoles y en la actualidad tiene residencia en Fuenlabrada. El galardón dio alas al autor para animarse con su siguiente obra, Poemamundi, que le acaba de regalar el Premio Lazarillo. "Se trata de un viaje donde la primera parte trata de aquellos lugares alejados de Occidente donde la gente vive de forma distinta pero conserva valores que aquí ya no existen; después hay un homenaje a diferentes autores de literatura infantil porque ellos, a través de la palabra, han sabido crear un mundo mejor; y termino con un apartado que habla de lo cotidiano, de las cosas que nos rodean", resume Martín Ramos.
El municipio de Fuenlabrada se ha revelado como uno de los más sensibles con la creatividad literaria de sus vecinos. La Concejalía de la Mujer alimentó hace un año el nacimiento de una asociación de mujeres con inquietudes narrativas amadrinada por la escritora y periodista Rosa Montero. Tiene 40 socias de 20 a 60 años que organizan talleres, lecturas, tertulias y debates e incluso editan una revista titulada Voz y palabra de mujer.
Alcorcón también puede presumir de vecina ilustre. Pilar Adón, de 32 años, destaca como ensayista y narradora, con reconocimientos nacionales en ambas disciplinas y dos obras en el mercado: El hombre de espaldas, con la que ganó el I Premio Nuevos Narradores de la editorial Ópera Prima en 1998, y Las hijas de Sara, de la que acaba de publicar la segunda edición. Trabaja en la Concejalía de Juventud de su localidad. "Yo empecé a escribir porque de pequeña leía mucho, como mi madre, y a los 17 años gané mi primer premio con un relato breve, lo que me animó a seguir intentando que los lectores sintiesen lo que yo siento cuando leo", comenta la escritora, que figura en más de una antología de mujeres y literatura junto a otras poetas y dramaturgas.
El escritor Lorenzo Silva ha llevado el nombre de Getafe, donde reside, allende los mares. En 1997 quedó finalista del Premio Nadal con La flaqueza del bolchevique y en 2000 logró llevarse el galardón gracias a El alquimista impaciente.
Pero en Getafe la novela compite con el verso, cuyo principal baluarte es el Centro de Poesía José Hierro, único en la región por la riqueza de sus fondos. Este vivero de poetas nació en abril de 2003. Mucho antes, la revista Cuadernos del matemático ya aliviaba la sed cultural de los más inquietos. Ezequías Blanco, su fundador hace 15 años, ha recibido un diploma de reconocimiento de la Comunidad de Madrid a su labor como impulsor de la creación artística a través de las páginas de esta publicación semestral.
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