El vicepresidente de Ford apuesta por Almussafes y por no ir al este de Europa
El ejecutivo agradece a la Politécnica recibir un 'honoris causa' como Suárez o Saramago
El vicepresidente ejecutivo mundial de Fabricación y Compras de Ford Motor Company, David W. Thursfield, descartó ayer que la división europea se plantee desviar la producción hacia los países del Este y ratificó su apuesta por Almussafes como "la planta más segura de Europa", aunque rechazó la fabricación de nuevos modelos en breve. Thursfield, que hizo estas declaraciones tras recibir el honoris causa por la Universidad Politécnica, afirmó en su discurso de investidura que Valencia "es una pieza vital en la estructura de Ford Europa" y recordó que su actividad industrial genera el 9% del PIB regional y supone el 21% del total de las exportaciones de la Comunidad Valenciana.
Fue el detonante del nuevo Laboratorio de Robótica de la Politécnica
El directivo de la multinacional puntualizó, sin embargo, que la propuesta sindical de aumentar la capacidad para asumir una mayor producción, centralizando la producción del nuevo Focus y produciendo motores Diesel, simplemente no es viable. "Almussafes tiene un logro tremendo: el hecho de que esté en un ritmo de fabricación de 2.000 unidades diarias (apuntando hacia las 2.050), con cuatro modelos diferenciados, ya es un logro en sí mismo. Querer hacer algo más sería perjudicial". Y recurrió a las cifras, para asegurar que, que pese a que la compañía ha conseguido alcanzar "un punto de equilibrio en Europa", todavía prevé pérdidas de "alrededor de 100 millones de dólares en 2004".
No obstante, Tursfield -que fue director general de la planta de Almussafes en 1987 y logró, en un momento de recesión, el regreso de la producción del nuevo Ford Fiesta y la readptación de la planta de motores para fabricar la nueva generación de motores de gasolina (los I-4)- cerró filas ayer en pro de los beneficios de la factoría valenciana frente a la posibilidad de trasladar la producción a Europa del Este.
En su opinión, "la alta eficiencia, flexibilidad y cualificación de sus empleados" y la fuerte vinculación de la producción a la innovación tecnológica lograda en sus ya 25 años de estrecha colaboración con la Politécnica, la hacen más atractiva en este momento. "La incorporación en breve de los países del Este a la UE", avanzó, puede traducirse "en una pérdida de competitividad", en referencia al bajo coste actual de producción, "que era lo que inicialmente los hacía interesantes".
Pero, "David T." -como coloquialmente fue aludido por el rector Justo Nieto-, además de haber ocupado todas las áreas de responsabilidad dentro de Ford hasta su nombramiento en 2002 al frente de la Vicepresidencia Ejecutiva Mundial, es también, en palabras del catedrático Josep Tornero, "un hombre que tiene como el resto de humanos sus caprichos y debilidades". Una pasión que alcanza la cota de "predilección" en el caso de "los Fonseca nº1, que la planta de Valencia le suministra periódicamente y él paga religiosamente"; y que, llevada al extremo, "en vehículos oficiales o en aviones" le ha hecho valedor del afectuoso apelativo de "el hombre del puro". De esta exquisita "combinación entre el desarrollo profesional y el personal" han surgido, quizá, "decisiones clave" como "la inversión de 200 millones de euros, que fue el detonante del Parque Juan Carlos I", o la más reciente, la instalación del Laboratorio de Robótica en la futurista Ciudad Politécnica de la Innovación, que ayer inauguró de manera informal tras una breve visita a los 140.000 metros cuadrados del parque científico. Una apuesta que, según el consejero de Educación, Esteban González Pons, resume el reto de la "responsabilidad social" que afrontan las empresas.
Thursfield respondió al calor del homenaje con un sencillo balance de su trayectoria y complicidad con la planta que dirigió entre 1984 y 1992 con un franco agradecimiento por entrar en la larga lista de "doctores" de la Politécnica de Valencia, entre los que figuran el ex presidente Adolfo Suárez o el premio Nobel José Saramago.
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