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Reportaje:

Condenado por fisgón

Dos años de cárcel para un hombre que robó y fotocopió el diario de su mujer

Condenado por mirar lo que no debía. La Audiencia de Barcelona ha impuesto dos años de cárcel a un hombre que sustrajo el diario personal que escribía su mujer, lo fotocopió y lo llevó ante el juez que le estaba tramitando el proceso de separación. Lo hizo para averiguar los motivos por los que la esposa quería separarse, dijo el marido, pero los jueces no piensan así y creen que Francisco M. G., de 37 años, cometió un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

El Código Penal castiga hasta con cuatro años de cárcel al que "para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles". Dicho así, parece claro que el marido delinquió, pero el juzgado que tramitaba la separación admitió las fotocopias del diario y se hicieron copias para el juez, el secretario y el resto de las partes.

El caso resulta curioso, pero los abogados de familia explican que eso no es nada con lo que ellos han visto en algunos casos. Por ejemplo, recuerdan el caso del hombre que aportó unas fotografías de su ex mujer desnuda y alegó que ella sufría "furor uterino" y que por eso le quería dejar. El problema, como siempre, es de interpretación judicial, pues la ley permite que en un pleito de separación se presenten las pruebas que tengan que ver con las causas o los efectos de la ruptura. "¿Debería condenarse a una mujer que roba el diario de su marido donde el hombre escribe que la maltrata?", se pregunta la abogada María José Varela.

En cualquier caso, lo que ya es definitivo es que Francisco M. G. tiene una condena firme de dos años de cárcel. Primero se la impuso el Juzgado de lo Penal número 23 de Barcelona y ahora la ha confirmado la Sección Octava de la Audiencia de Barcelona. En ambos casos, los argumentos son los mismos y la esencia de la cuestión está en el "carácter reservado y secreto" que tiene ese diario, dicen los jueces.

El diario, explica la primera sentencia, era un cuaderno de anillas que la mujer guardaba en una bolsa junto a otros efectos privados en el dormitorio. El marido declaró que la esposa escribía en esa libreta en su presencia o ante otras personas, e incluso que permitía que lo leyesen. También afirmó que la mujer dejaba el diario al alcance de los demás y que en una ocasión le dijo que se trataba de un cuaderno imaginario que pretendía publicar.

Pero los jueces no le creen a él, sino a ella. La mujer reconoció que en alguna ocasión había leido algún párrafo a otras personas, pero explicó que era su "diario personal", que no se lo había enseñado a nadie y que sólo escribía cuando él no la veía. Durante el juicio declararon también cuatro testigos y todas coincidieron con matices, en darle la razón a la esposa, incluso las mujeres que llevó la defensa. De ahí que los jueces den validez a esas declaraciones. Y no hay duda, además, de que se trataba de un diario, porque si no, no tendría sentido que el hombre lo hubiese aportado al pleito de separación, dicen.

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