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Bush presenta un presupuesto para atajar el elevado déficit y apoyar la lucha antiterrorista

Las cuentas de EE UU para 2005 prevén fuertes aumentos del gasto en defensa y seguridad

El presidente de Estados Unidos, George Bush, envió ayer al Congreso un Presupuesto de guerra para 2005 en el que se prevé un gasto de 2,4 billones de dólares (casi dos billones de euros). Se destinará más dinero a los capítulos relacionados con la seguridad interna y la defensa, mientras que se reducirá o frenará el gasto en un centenar de programas sociales. La Casa Blanca prevé reducir así el déficit hasta 364.000 millones de dólares (unos 293.000 millones de euros) el año próximo, frente a los 521.000 millones de dólares (casi 420.000 millones de euros) de 2004.

La batalla presupuestaria acaba de comenzar en Washington. El presupuesto diseñado por la Casa Blanca, compilado en cuatro volúmenes, pretende acomodarse a las preocupaciones lanzadas desde el Partido Demócrata y los republicanos quieren demostrar en este año electoral que se actúa con responsabilidad cuando se trata de las finanzas del país.

El Gobierno prevé limitar el incremento del gasto público al 3,5% en 2005, hasta los 2,4 billones de dólares. En paralelo se prevé un incremento de los ingresos del 13,2%, próximo a los dos billones. Así se conseguirá corregir la continua degradación que sufren las finanzas desde que Bush se pusiera al frente del Gobierno del país. Será un punto crucial en la campaña, sobre todo después de que ayer se anunciara que el déficit superará ampliamente este año el medio billón de dólares.

La semana pasada, el Congreso cuantificó el déficit de 2004 en 477.000 millones de dólares. Pero desde la Administración Bush se explica ahora que la introducción del nuevo sistema de asistencia sanitaria a los jubilados (Medicare) será más cara de lo previsto, junto al gasto militar en Irak. "Tuvimos una recesión, nos atacaron y ahora estamos en guerra", explicó ayer el presidente para justificar la fuerte erosión de las finanzas de EE UU.

Para contrarrestar las críticas en este año electoral, Bush prometió que será capaz de reducir los números rojos a la mitad en 2009, gracias a la mejora de la coyuntura económica y a una mayor "disciplina" presupuestaria. La Casa Blanca asume, además, que contará con mayores ingresos fiscales gracias al repunte de la actividad económica y asegura que se conseguirá sin tener que renunciar a la política de reducción de impuestos.

Bush explicó que el presupuesto de 2005 pretende responder a tres prioridades: "Ganar la guerra contra el terror, reforzar la seguridad nacional y apoyar la recuperación económica con políticas que favorezcan el crecimiento y el empleo". La previsión es que el producto interior bruto (PIB) crezca un 4,4% en 2004 y un 3,6% en 2005. Para ligar las exigencias de reducción del déficit y la lucha contra el terror, el presupuesto prevé una desaceleración neta en el crecimiento del gasto, salvo en los aspectos de defensa y seguridad.

El gasto militar de EE UU crecerá un 7% el año próximo, hasta los 402.000 millones de dólares (unos 324.000 millones de euros), y ahí no se tienen en cuenta las operaciones futuras en Afganistán e Irak. Será el séptimo aumento consecutivo en el ámbito militar y marcará un récord desde la II Guerra Mundial. Los fondos se destinarán al diseño de nuevos misiles y a la modernización del Ejército.

El gasto para la seguridad interna de EE UU crecerá un 9,7%, hasta 30.000 millones de dólares (24.000 millones de euros). Se incrementan un 5,6% los fondos a la investigación, el desarrollo y el espacio. Los títulos de las compañías relacionadas con la defensa registraron importante incrementos en Bolsa tras el anuncio. Los programas de asistencia internacional y relaciones exteriores también observan subidas del 23,5% y el 10,7%, respectivamente.

Menor gasto social

Para compensar estas subidas se frena el aumento del gasto en educación (un 3%) respecto al presupuesto de 2004. Lo mismo sucede con los programas de pensiones (3,6%) y de asistencia sanitaria a los desfavorecidos (2,7%). En paralelo, se recortan los gastos en los capítulos relacionados con la protección del medio ambiente (7,2%), agricultura (8,1%), justicia (2,1%) y transporte (3,9%). En total, más de un centenar de programas se verán afectados.

Además se eliminarán una docena de programas federales que, según la Casa Blanca, "no han alcanzado sus objetivos" y se reforzarán los controles en los capítulos de gasto relacionados con el Medicare y la Seguridad Social para evitar abusos. Desde las filas demócratas no se creen estas cifras y se critica que los incrementos en seguridad no se correspondan con una tendencia similar en los capítulos sociales.

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