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Reportaje:

Doble llave

El PSOE apuesta a las claras por pactar con el PA si le hace falta, mientras el PP deja la puerta abierta a una posible alianza

Los andalucistas se han lanzado al ruedo electoral con el mensaje de que su aspiración es superar el papel de pequeño partido que permite al fuerte formar gobierno. No quieren ni oír hablar de pactos. Pero la realidad es obstinada: el PA es la única fuerza en condiciones de coaligarse indistintamente, si fuera necesario, con los dos partidos mayoritarios. Mientras que el candidato socialista, Manuel Chaves, ha dicho a las claras que, si llegado el caso, tiene la oportunidad de elegir socio entre Izquierda Unida y el PA (socio actual), su apuesta es la segunda opción; para el PP la alianza con los andalucistas es la única posible, toda vez que la unión con IU se ve desde ambos lados como irrealizable.

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De momento, el PA centra sus esfuerzos en conseguir un número de escaños suficientes para entrar en el terreno de juego. Fuentes de la dirección andalucista admiten que ahora mismo no les interesa trasladar que pueden ser doble llave, ya que si la campaña empieza a girar sobre esta posibilidad su perfil de partido autónomo se resentiría. "No podemos hablar de ese tema, sólo decir que estamos en la carrera, no tenemos la necesidad de plantearnos nada", zanja la citada fuente.

Otros dirigentes del PA, sin embargo, apuntan que el verdadero problema está en su electorado. No es lo mismo que, como ha ocurrido en las dos últimas legislaturas, sólo exista una opción -o el PA pacta con el PSOE o se queda fuera-, que tener la capacidad de escoger entre dos posibles socios. "Si eso pasa, si podemos decidir entre PSOE y PP, a nosotros se nos hunde el mundo, ya que cuando nos inclinemos por uno de los dos, la mitad de nuestro electorado nos tira por la ventana", afirma este dirigente, quien apostilla: "Lo menos traumático es que nos lo dieran cerrado. El mensaje sería muy simple: garantizar la gobernabilidad".

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De hecho, el debate en el interior del partido sobre qué hacer en la política de alianzas ha empezado a crear fricciones. Un sector del PA opina que, desde el plano teórico, es urgente un cambio de socio porque el PSOE está absorbiendo a la formación nacionalista. "Lo que ocurre", explica un dirigente, "es que para que esto se pueda plantear el PP tiene que subir mucho y, según los datos que manejamos, no parece razonable, por lo que no hay nadie en el PA trabajando seriamente en esa hipótesis". La posibilidad que prefiere este sector es marcharse a la oposición. "Hay que irse, volver a pactar con el PSOE es ir consumiéndose a fuego lento".

Sirva como ilustración de esta postura lo que Alejandro Rojas-Marcos, presidente del PA, dijo en el acto de presentación de Antonio Ortega como candidato el pasado 8 de noviembre: "El PA no pretende un puñado escaso de diputados que sirva para remendar el roto de otro partido (...) Por favor, Antonio, te pedimos que no olvides que caminamos tan ligeros de equipaje como cargados de conciencia, el gran valor que salvará nuestra dignidad, responsabilidad e integridad".

La dirección sostiene que esta posición es muy minoritaria en el partido e insiste en la consigna de que lo que toca en la campaña es dejarse querer. Y eso es lo que están haciendo. Socialistas y populares no han deslizado una sola crítica contundente contra los nacionalistas. Ni siquiera responden a las arremetidas que el candidato, también consejero de Turismo del Gobierno de Chaves, dedica a los dos partidos a diario. No conviene cerrar la puerta a un galanteo forzoso.

En estos cuatro años, los socialistas han huido de la polémica con sus socios y les han dejado hacer hasta los límites que han estimado tolerables. En esta consideración se incluye el cambio de consejería de Ortega a mitad de la legislatura, quien saltó de Relaciones Institucionales a Turismo de un día para otro e informó al presidente a la vez que se enteraban los medios de comunicación.

Aunque lo que resultó más llamativo de esta operación fue el silencio del PP, partido que si bien no ha hecho nada por fortalecer al PA, tampoco por perjudicarle. Recientemente el secretario general de los populares andaluces, Antonio Sanz, ha dicho que no descarta un acuerdo con el PA si éste se aleja del PSOE.

Los andalucistas esperan repetir votos y escaños (cinco), lo que en realidad significa crecer, puesto que dos de los escaños de 2000 se fueron con Pedro Pacheco a su nuevo partido, el PSA.

Fuentes cercanas a Ortega afirmaron que no cabe hacer comparaciones con la trayectoria del PA en el Ayuntamiento de Sevilla, donde los nacionalistas formaron primero gobierno con el PP (dos mandatos) y luego con el PSOE (uno), para acabar finalmente en la oposición. "Las decisiones que se han tomado en Sevilla han sido personales, no fruto del debate de los órganos del partido".

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