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La autopsia no aclara la causa de la muerte de Feher, del Benfica

Nuevos exámenes determinarán en dos meses por qué el futbolista cayó fulminado en pleno partido

Miklos Feher (Gyor, Hungría; 1979), futbolista del Benfica, fue víctima de una muerte repentina el domingo pasado durante un partido de la Primera División portuguesa. No se puede decir más. Al menos, por ahora. Varias horas de autopsia no llevaron ayer a ninguna conclusión sobre el motivo de la súbita parada de su corazón. Hay que hacer más exámenes. Sus resultados se conocerán en dos meses. Un triste fin para un delantero de 24 años de edad.

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Físico rotundo y escasa técnica

Tras el dramatismo del momento del desmayo de Feher, en el estadio del Guimarães, con los jugadores y el equipo técnico del Benfica bañados en lágrimas, el de ayer fue un día de conmoción y luto en Portugal, que lloró a un jugador que consideraba suyo. También se disiparon las dudas iniciales sobre la celeridad en su asistencia médica: 15 minutos después de desplomarse, fue trasladado al hospital. No obstante, la fiscalía abrirá una investigación. El húngaro cayó repentinamente, en el último minuto, sin nadie cerca. Un momento antes había sido amonestado por el árbitro y sonreía irónicamente.

Feher fue asistido a los 30 segundos por los médicos de los dos conjuntos. Llovía mucho y ambos prefirieron intentar una reanimación manual y no usar el desfibrilador, que estaba disponible. Esa opción fue ayer aplaudida por otros colegas y por los responsables del fútbol portugués y de la UEFA, que tenía un grupo de observadores en el estadio por ser uno de los escenarios de la Eurocopa 2004, que se disputará en junio y julio en Portugal.

Según fuentes del Benfica y del hospital de Guimarães, Feher tenía los pulmones llenos de sangre, algo frecuente en los casos de muerte repentina. En principio, y por la forma en que quedó tendido en el césped, sin convulsiones, debió de morir debido a una arritmia cardiaca, aunque, según los médicos del Benfica y de la selección húngara, el jugador nunca había tenido problemas cardíacos.

Desgraciadamente, éste no es un fin extraño para un deportista de alto nivel. En junio de 2003 murió el futbolista camerunés Foé en Lyón, durante la Copa de las Confederaciones. Una semana después lo hizo el brasileño Max, del Botafogo, falleció debido a un aneurisma cerebral. Antes, en 2002, un jugador de baloncesto del Aveiro, portugués, de 27 años, también cayó por un ataque al corazón.

Los médicos del Benfica y el Vitoria intentan reanimar a Feher en el césped del estadio de Guimarães.
Los médicos del Benfica y el Vitoria intentan reanimar a Feher en el césped del estadio de Guimarães.REUTERS

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