Meningitis C, vacunación sí
En Madrid, hace unos días, en un hospital terciario donde se realizan trasplantes de hígado y otros órganos, a una niña le han amputado ambos pies por necrosis, secuela del sufrimiento de una meningitis C. Son los contrastes de la medicina actual, no se previene, pero se realizan costosas y difíciles intervenciones.
Los adolescentes que fueron vacunados con mencevax ya no son inmunes al meningococo C y deben ser revacunados con la vacuna conjugada. Esto supone un gasto, pero es necesario. Porque ¿cuánto vale una vida?, ¿cuánto andar?, ¿cuánto oír?, ¿cuánto la sonrisa de un niño? La paradoja es que se mueren, se mutilan o se quedan sordos los adolescentes por una enfermedad contra la que existe una vacuna eficaz. Pero el equipo asesor del consejero de Sanidad le indica que no hay que vacunar. ¡No, señor consejero!, rectifique, que es de sabios.
En año 2003 se confirmó el diagnóstico de 29 casos de meningitis C en Madrid, catorce menos que el año 2004, pero restan 15 casos sin confirmar, de los cuales un 32,6% pueden ser C. El meningococo C no entiende de autonomías, se precisa un plan de actuación nacional; los casos de Nerva, Cuenca, Albacete, Getafe, Boadilla del Monte, Guadalajara, y de toda la geografía de España, así lo indican. Los medios de comunicación han emitido en pantalla el caso de una niña amputada en Inglaterra por meningitis; no se vayan tan lejos; ustedes saben que en menos de ocho meses al menos cuatro adolescentes lo han sido en España.
Miren a su país, sean sinceros con él. Llegado es el momento de exigir responsabilidades.
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