La rivalidad Endesa-Iberdrola llega a Portugal por el nuevo mercado ibérico
El fin de la alianza de EDP despeja el camino a la primera eléctrica española
El enfrentamiento entre Endesa e Iberdrola, primera y segunda eléctricas de España, respectivamente, va a ampliar su escenario a Portugal. Y ello, justo cuando se acaba de firmar la creación del Mercado Ibérico Eléctrico (Mibel). Iberdrola, enfrentada al resto del sector por su estrategia en torno al Protocolo de Kioto, mantiene también un duro pulso con la eléctrica portuguesa Electricidade de Portugal (EDP), participada por el Estado y en la que Iberdrola controla un 5%. Fuentes de EDP admiten que Endesa tiene ahora más opciones en el país vecino.
Fuentes del mercado energético portugués creen que algunas de las operaciones que están en marcha en Portugal, como la posible venta del 75% de la compañía Turbogas (propiedad de la alemana RWE y sobre la que EDP tiene una opción de compra) o la venta de la Compañía Eléctrica de las Azores pueden ser la oportunidad para escenificar un acercamiento entre EDP y el gran rival de Iberdrola, Endesa, en un futuro muy próximo.
Desde el punto de vista de EDP, propietaria en España del 40% de Hidrocantábrico y de Naturcorp (en compañía de Cajastur), el acercamiento a Endesa puede ser la respuesta a la agresiva estrategia que, desde su punto de vista, Iberdrola aplica en el país vecino.
Acuerdo estratégico
La compañía que dirige Ignacio Galán participa en EDP con un 5% y controla otro 4% en la petrolera Galp. Las participaciones, según la interpretación de Iberdrola, fueron adquiridas en el marco de un acuerdo estratégico firmado hace seis años "con el Gobierno portugués, no con EDP", que finalmente no se ha desarrollado. EDP, por su parte, vendió el 3% de Iberdrola el pasado año.
Ahora, cuando el Gobierno portugués trata de reordenar su sector energético de cara a la constitución del Mibel, Iberdrola exige que esas participaciones, "que nunca fueron simplemente financieras", sean cambiadas por activos energéticos en el país vecino. Como los italianos de ENI (35% de Galp), Iberdrola ha impugnado la junta de accionistas de la petrolera portuguesa Galp que, a finales del pasado año, dio luz verde al traspaso de parte de sus activos de gas.
Para los portugueses, ha sido una excesiva vuelta de tuerca y una apuesta excesivamente arriesgada de Ignacio Sánchez Galán. De ahí que Endesa se haya convertido en una alternativa válida para los estrategas del sector energético luso.
Desde Iberdrola, no obstante, se relativiza la trascendencia del enfrentamiento con los portugueses. Su guerra prioritaria, admiten, es la del Protocolo de Kioto, donde mantiene una estrategia radicalmente distinta a la de Endesa, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y Viesgo. Iberdrola, consciente de que su parque de generación genera poca contaminación (controla las mejores centrales hidráulicas), quiere que las eléctricas asuman los compromisos firmados por el Estado para limitar emisiones.
Sobre el posible acercamiento Endesa-EDP, la eléctrica española se limitó ayer a señalar que "mantiene unas relaciones muy fluidas y muy cordiales" con la eléctrica portuguesa desde 1992". EDP ya es su socio en la brasileña CERJ (88% Endesa y 11% EDP), y a través de CERJ, en la también brasileña Coelce. "Nos conocemos", aseguran en Endesa, "tenemos pactos de accionistas y unas buenas relaciones mantenidas en Latinoamérica". Endesa, además, conoce bien el mercado eléctrico portugués, ya que participa (35%) en la pequeña compañía Tejo Energía, que explota la central térmica de Pego.
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