El 'caso Burgos' envenena al Atlético
Choque abierto entre el meta y Manzano, tras la goleada de Sevilla, por su supuesta lesión
Germán Burgos y Gregorio Manzano se siguen contradiciendo. El portero, un peso pesado del vestuario, un símbolo rojiblanco a sus 34 años de edad, sufre una pequeña rotura de fibras en el muslo derecho, pero el entrenador insiste en que "sólo padece una sobrecarga". Ambos sostuvieron ayer una corta conversación para arreglar sus diferencias, pero sin demasiado éxito. De hecho, su entorno asegura que Burgos no entiende qué pretende Manzano con su reacción y que se siente muy molesto con la actitud del preparador de negar que padezca una lesión. También se reprocha al técnico que no haya sacado la cara por el portero tras los cuatro goles de Sevilla.
El Mono no se entrenó ayer y no viajó a Albacete para el partido de hoy. Se hizo otra serie de pruebas médicas. Los doctores, según fuentes próximas al jugador, apreciaron una pequeña rotura nueva y un edema que le mantendrá parado durante un mes y medio -empezará a partir de mañana o del lunes a recuperarse trabajando con el fisioterapeuta del club, Lorenzo Buenaventura-. Sin embargo, Manzano lo niega: "No le han encontrado nada nuevo. Sólo, una sobrecarga y las cicatrices antiguas".
"Estaba dado de alta", reitera Manzano. Pero persisten las "molestias", repite El Mono, que llevaba dos semanas preparándose tras sufrir un desgarro en el cuádriceps. Fue dado de alta antes de tiempo, según algunas fuentes del club, para presionar a Sergio Sánchez, el tercer arquero, que no aceptaba su cesión al Getafe.
Burgos y Manzano consensuaron la participación del primero en el encuentro copero del Sánchez Pizjuán, que acabó con una fuerte goleada por, entre otras razones, la desastrosa actuación del suramericano. El acuerdo fue tomado a pesar de que el jugador comentó al preparador que tenía dificultades a la hora de sacar de puerta y, en general, de jugar el balón con los pies.
"Estaba bien para el trabajo de portería", asegura Manzano. "Jugué por valentía", arguye Burgos. Manzano define su disyuntiva previa al partido de la manera siguiente: "O jugaba Burgos o jugaba el suplente del filial", en referencia a Cuéllar, el portero estrella de las categorías inferiores. Un joven que, por los nervios, pasó una mala noche en la víspera, una situación que empujó a El Mono a tomar la responsabilidad de jugar pese a no sentirse en las debidas condiciones.
Desde muy arriba de la directiva del Atlético se señala la deuda de gratitud con Burgos por los servicios prestados y se recuerda su "peso" en el vestuario. Así, en los despachos, se califica la situación de mera anécdota, aunque nadie garantiza que se le renueve el contrato. El año pasado ya se prolongó su compromiso por una sola temporada.
Los guardametas convocados para el encuentro de hoy, en Albacete, son Juanma y Cuéllar, el "suplente del filial", como le definió Manzano tras la catástrofe sevillana. La pareja ha estado a punto de estar formada, no obstante, por Lledó, del B, y el propio Cuéllar. Juanma acaba de recibir el alta médica precisamente tras una sobrecarga en un muslo. "Estoy bien, pero no puedo asegurar que, según pasen los minutos, no se cargue el músculo", advirtió ayer el extremeño. "Los jugadores salimos siempre con molestias", añadió; "yo sé que puedo jugar y así se lo he comunicado al técnico".
Esta semana se incorporará al grupo otro portero, Sergio Aragoneses, del Getafe. Sergio Sánchez, que en enero de 2003 denunció al club por el impago de su ficha anual, será quien abandone ya el Atlético para marcharse a ese club del sur de Madrid.
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