"Se acusa de forma malintencionada de invertir mucho en conservar el lince"

A Miguel Ángel Simón (Jaén, 1954) le disgusta especialmente que se discutan las inversiones en la conservación del lince de manera que él considera malintencionada. Como coordinador de los programas de conservación del lince ibérico en Andalucía y director del programa Life, Simón es uno de los artífices de los debates organizados en Andújar (Jaén) -el principal reducto del lince, junto a Doñana- para alertar a la población sobre los riesgos de extinción de una de las especies protegidas más amenazadas.

Pregunta. Defina al lince ibérico.

Respuesta. Es una de las cuatro especies que hay (las otras se localizan en Canadá, Estados Unidos y el este de Europa). Pero el lince ibérico, que se refugió en los montes mediterráneos como Sierra Morena y los montes de Toledo, es una joya única de la que podemos presumir en Andalucía. Es el resultado de la evolución de miles de años.

P. ¿Hay suficiente sensibilización para conservarlo?

R. Entre las Administraciones y los colectivos directamente implicados sí que la hay, pero ahora es necesario que también se conciencien los ciudadanos y otros sectores como los cazadores. A veces es tan sencillo como circular más despacio por las zonas linceras, que están debidamente señalizadas.

P. ¿Está tan comprometido el futuro de esta especie?

R. Sí, pero estoy convencido de que vamos a lograr su supervivencia gracias a los proyectos que tenemos en marcha. El problema más grave es el de la enfermedad hemorrágica de los conejos que suponen el 90% de la alimentación del lince.

P. Los detractores les acusan de invertir demasiado en el lince.

R. Sí, de forma malintencionada y con mucha mala leche nos acusan de invertir demasiado [sólo el plan andaluz prevé 12 millones de euros] para poco más de 200 linces que hay censados. Pero deben saber que actuamos sobre 150.000 hectáreas (el 90% son fincas de particulares) en la mejora de hábitats no sólo para el lince, sino para el águila imperial, el lobo o la cigüeña.

P. ¿La cría en cautividad es una alternativa?

R. Por supuesto. Hay un programa nacional y un centro de cría en El Acebuche con cuatro hembras y próximamente se van a incorporar dos machos que están en el centro de recuperación de Los Villares. Es una herramienta más y seguro que la vamos a aprovechar.

P. ¿Perjudica la confrontación política?

R. Más que confrontación, lo que había era un exceso de preocupación de la Consejería de Medio Ambiente y del Ministerio, que han tenido buena voluntad y mucho interés por actuar, hasta que al final se ha logrado un convenio conjunto de colaboración. A mí me hubiera preocupado más la desidia de las instituciones.