Adiós a una fantasía Disney
La empresa estadounidense vende Celebration, una ciudad idílica situada en Florida, sin atascos ni estrés
Se presenta como un mundo idílico, de casas de colores pastel, sin atascos de tráfico ni estrés, donde las gentes conviven en armonía y celebran juntos las bodas de la población canina, el aire acaricia la piel y la naturaleza arropa las calles impolutas. ¡Bienvenido a la ciudad de Celebration!, una prolongación en la vida real del reino mágico de Disney situada a poca distancia del parque de atracciones en Florida.
Celebration es el hogar de 8.000 soñadores, personas normales que, como reza el catálogo de venta de chalets, padecían "nostalgia de aquella era pasada de la inocencia". En realidad se trata de un negocio más del imperio Disney, que en 1996 vendió la idea de vivir en una comunidad utópica que iba a integrar las mejores ideas del pasado con la mejor tecnología del futuro, recreando la vida placentera de los pequeños pueblos.
Todo ha funcionado a la perfección, relatan sus habitantes. Hay fantásticos colegios para los niños, centros médicos, parques. Los servicios de recogida de basura son puntuales y disponen de los mejores restaurantes, clubes y tiendas de lujo. No faltan estímulos a la imaginación: en el invierno caliente de Florida se rocían las calles de nieve y en otoño, de hojas. Lo que no se encuentra son ferreterías, ni zapateros, ni talleres mecánicos, ni otras impertinencias de la vida común.
Las normas de convivencia y embellecimiento del paisaje urbano, que en cualquier otra parte del país se considerarían una intromisión en la privacidad, para los residentes de Celebration son una distinción. No se permiten cortinas chillonas, fachadas que desentonen, césped mal cortado o bicicletas a la vista.
Toda esa burbuja de fantasía está ahora flotando en la incertidumbre desde que Disney ha anunciado la venta de Celebration. No han revelado a quién o por cuánto. Los habitantes sospechan que a Michael Eisner, el controvertido presidente de Disney, sólo le motiva el dinero y se ha olvidado de la filosofía que inspiró el concepto. Eisner les ha calmado asegurando que el contrato incluye una cláusula que obliga a conservar el estilo de vida.
Disney lanzó el proyecto con la expectativa de vender 12.000 viviendas, pero sólo ha vendido 2.300 chalets y 1.200 apartamentos, a precios que oscilan entre 300.000 y 1,5 millones de dólares. Con esas cifras, el coste de mantenimiento de Celebration es excesivo.
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