Un atentado suicida con coche bomba provoca cinco muertos al norte de Bagdad

Cinco personas murieron y otras 28 resultaron heridas ayer en la ciudad de Baquba, unos 60 kilómetros al norte de Bagdad, cuando un coche bomba estalló cerca de una comisaría, según confirmaron fuentes militares de EE UU en Bagdad, que señalaron que se trató de un atentado suicida. De los heridos, 10 son policías y 18 civiles que pasaban por el lugar. A las 8.20 (hora local, dos horas menos en la España peninsular), un coche se saltó los controles cercanos a una comisaría de Baquba, localidad de mayoría chií situada en el llamado triángulo suní, principal foco de resistencia contra las tropas de EE UU. Los policías iraquíes abrieron fuego contra el vehículo y lograron evitar que éste llegara junto al edificio, pero no que estallara matando en el acto a dos civiles que se encontraban en la zona.

La explosión causó además numerosos daños en la calle donde se produjo el atentado, con numerosas paredes reventadas y decenas de ventanas arrancadas, según relataron testigos del suceso. Es el segundo atentado con bomba en Baquba en menos de una semana. El viernes, día de rezo en las mezquitas, una bomba colocada a la salida de un templo causó cinco muertos. Baquba es escenario de un complicado equilibrio político y religioso dado que los chiíes fueron duramente oprimidos por la dictadura de Sadam Husein, mientras que la minoría suní, precisamente de esa zona, obtuvo las mayores prebendas del derrocado régimen.

Al norte de allí, en Samarra, un vehículo blindado del Ejército de EE UU sufrió una emboscada cuando empezó a recibir disparos desde ocho automóviles cuando se desplazaba por una carretera. Según explicó una de las portavoces de la 4ª División, la comandante Josslyn Aberdee, los estadounidenses respondieron al fuego y pidieron refuerzos por radio. Ocho iraquíes resultaron muertos y otro herido. De los ocho coches dos resultaron totalmente destruidos y los otros seis seriamente dañados. Las fuerzas de EE UU detuvieron a otros 24 ocupantes de los vehículos.

La emboscada se produjo horas después de que comandos especiales estadounidenses detuvieran también en Samarra a cuatro sobrinos del ex vicepresidente iraquí Ibrahim al Duri -el rey de picas en la baraja-, quien todavía no ha sido capturado por las tropas de EE UU, y cuyos servicios de espionaje sospechan que se encuentran tras la planificación de numerosos ataques ejecutados por la resistencia contra las tropas extranjeras presentes en Irak. Por la captura de Al Duri los estadounidenses ofrecen 10 millones de dólares.

Según informaron portavoces militares, dos de los detenidos están acusados de ayudar a esconderse a su tío trasladándole de vivienda en vivienda para evitar que pueda ser localizado. De los otros dos hombres detenidos se sospecha que están relacionados de alguna manera con la resistencia. Todos los detenidos fueron trasladados para ser interrogados al palacio presidencial que Sadam poseía en Tikrit y que es en la actualidad uno de los principales cuarteles de la 4ª División de Infantería de EE UU. En la operación participaron asimismo más de medio centenar de policías militares.

Los estadounidenses revelaron que conocieron gracias a una delación el paradero de los detenidos. No es la primera vez que los estadounidenses detienen a familiares del ex vicepresidente iraquí. El 26 de noviembre, su mujer y su hija fueron capturadas y puestas bajo confinamiento sin que hasta el momento hayan sido liberadas.

A su vez, las tropas estadounidenses detuvieron al número 54 de la lista de los 55 ex líderes iraquíes más buscados, según informó ayer en Bagdad el portavoz de las fuerzas de la coalición, Mark Kimmitt. Jamis Sarhan al Mohammad, ex líder regional del disuelto Partido Baaz en Kerbala, en el sur, fue capturado esta semana en operaciones realizadas en Ramadi, al oeste de Bagdad. Según Kimmitt, el detenido fue uno de los instigadores de las acciones de la resistencia en Ramadi, escenario de ataques contra las tropas de EE UU.

Sin rastros químicos

A su vez, dos conductores extranjeros que trabajaban para la empresa estadounidense KBR (Kellog Brown and Root, filial de Halliburton) murieron ayer en un ataque perpetrado por hombres armados contra su convoy, informó el Ejército estadounidense.

También en Bagdad, portavoces de la coalición informaron de que, tras un segundo estudio, los restos de proyectiles de mortero encontrados por militares daneses la semana pasada, y que en un primer momento se sospechó contenían restos de armas químicas, no contienen ninguna sustancia de este tipo.

Desde Washington, un responsable del área sanitaria del Pentágono informaba ayer que al menos 21 soldados estadounidenses destacados en Irak se quitaron la vida el año pasado. El mismo responsable destacó que ese dato ha hecho aumentar levemente la tasa de suicidios en las Fuerzas Armadas estadounidenses. Esa tasa pasó de 11 por cada 100.000 soldados a 13,5, destacó el secretario adjunto de Defensa para las cuestiones de salud, William Winkenwerder. "No percibimos una tendencia que nos haga pensar que deberíamos hacer algo más, en términos de prevención", y agregó que entre 300 y 400 soldados fueron evacuados del país por razones de salud mental.