El punk melódico y gamberro de The Offspring regresa en 'Splinter'

Formados en 1984, The Offspring explotaron en 1992 con el disco Ignition, editado en la compañía independiente Epitaph y que vendió un millón de copias. Dos años después llegó el bombazo definitivo con Smash, que facturó 11 millones de copias en todo el mundo. Hace poco el grupo publicó Splinter, su séptimo trabajo, y tocará el 25 de febrero en el barcelonés Pavelló Vall d'Hebrón, como única escala española de su gira europea.

El cuarteto estadounidense, compuesto por el cantante Dexter Holland, el guitarrista Kevin Noodles Wasserman, el bajista Greg Kriesel y el nuevo batería y ex componente de A Perfect Circle y The Vandals Josh Freese, fueron los iniciadores del punk melódico de Los Ángeles que, junto a los Green Day, les hizo dominar la década pasada. Smash contenía algunos megaéxitos como Come out and play o Self esteem, y eso ayudó a sus millonarias ventas, las mayores alcanzadas por ningún grupo de un sello indie. Después firmaron por una multinacional y, pese a ser acusados de vendidos, su música inundó el planeta haciendo las delicias de jóvenes plegados a la gamberra propuesta del grupo. Ya llevan treinta y dos millones de copias vendidas de su discografía.

Quince años después de su debut, Holland admite que, pese a haberse convertido en un grupo de punkis maduros, su público mantiene esa constante pospúber: "Es extraño, porque muchos chavales que son fans nuestros a los dieciséis dejan de oírnos a los 18 o 20 y dejan su sitio a... ¡otros chavales de dieciséis! A veces llegamos a pensar que es siempre el mismo público". Es el espíritu de un estilo musical que parece resistir los embates del nu metal y otras corrientes más afianzadas actualmente. Explica Holland: "El punk-rock siempre sobrevive. Esta ahí y es porque la música es importante para los jóvenes y las letras son algo con lo que los adolescentes de verdad se sienten relacionados. No habla de los tópicos de siempre".

Splinter no contiene más sorpresa que la de comprobar que The Offspring siguen apostando por la variedad. Su primer single, Hit

that, es una integración de hip hop y punk: "Nos gusta la idea de hacer canciones que conjuguen estos dos elementos. Ronnie King, un excelente pianista que grabó en los discos del rapero 2Pac, nos ha enseñado a hacer que nuestra música suene como del gueto". También hay en el disco ska, pop y hasta un tema, When you're in prison, que parece un homenaje a Al Johnson. El motivo de tanta variedad estriba en que "después de un rato haciendo lo mismo nos aburrimos. Me encanta tocar punk-rock rápido en cada disco; es importante para nosotros, porque a los chavales les encanta ese rollo. Pero siempre buscamos algo nuevo, algo que suene a los años 30, reggae o un mariachi".

Juerga y mensajes

En cuanto a la temática de las canciones, la pura juerga se alterna con mensajes más elaborados. Hit that habla de que "una determinada generación, que podría ser la de mis padres, se compone de gente que se divorció y cuyas familias se dividieron en dos. Pero ahora, si echas un vistazo a tu alrededor o a la televisión, ves en todas partes a gente que tiene cuatro hijos con cuatro diferentes parejas. La familia ahora se disemina en pedacitos. Ya no en dos, sino en tres, en cuatro o en cinco trozos. Es una locura. ¿No pasa lo mismo aquí?". The noose y Lighting rod, por otro lado, exploran la depresión: "Todo el mundo ha experimentado alguna vez el hecho de venirse abajo por algo; que el mundo se derrumbe a tu alrededor y los dioses te hagan pagar por tus pecados. Estas canciones son una especie de terapia". The Offspring exhiben sentido del humor hasta para defenderse de las críticas de comercialidad: "Si uno trata de hacer lo mejor para el grupo cada día, a veces estar tumbado en la piscina de tu mansión es lo mejor, créame". Pero, lo cortés no quita lo valiente, también regalan frases con sustancia: "Para mí, el punk significa el máximo de libertad, pero el máximo de libertad exige el máximo de responsabilidad. Tómala para ti y no hagas el idiota".