Grandeza

Dice Rato que de aquí al 2007 el país va a seguir viento en popa, y a mí se me han ocurrido algunas ideas bastante brillantes, aunque esté mal que una misma lo diga, para colaborar en la creciente grandeza de España, España. Por ejemplo: dado que se está poniendo tan de moda el viaje sorpresivo de los mandamases occidentales a visitar sus tropas en Irak, y dado que los españoles somos, más que nada, unos expertos en turismo (somos una potencia mundial en arena de playa, sol y gaseosa), podríamos dedicarnos a organizar estos periplos y ofertar diversas categorías de viajes-relámpago al territorio iraquí: una, la más exquisita, con llegada en helicóptero, para presidentes, primeros ministros y jefes de Estado (quedan un montón en la UE que todavía no han ido); otra, algo inferior (el tramo final con jeep), para ministros de Defensa, capitostes de la ONU o de la OTAN; otra, que ya implicaría un desplazamiento colectivo, para ministros en general, jefes de oposición, vicesecretarios; e incluso podría haber una categoría económica para los familiares de los soldados, que también tienen su corazoncito. Con esto de los viajes podríamos crear un montón de puestos de trabajo y sacarnos un pico.

Y esto no es todo. Porque, además de expertos en sol y gaseosa, los españoles somos los mejores también en otras cosas. Por ejemplo, según un reciente informe de Europol, la mayoría de las mafias europeas tienen vínculos con las bandas españolas. Ahí es nada. Para que luego digan que nuestra opinión no tiene peso en el mundo. ¡Pero si los 40.000 delincuentes europeos nos tienen de modelo! Y también somos un modelo planetario para el nepotismo, palabra que viene de nepote, sobrino, y que se popularizó con su actual sentido durante el reinado del papa Borgia, nacido Borja y español, por lo mucho que ayudaba a su familia. Lo cual demuestra que siempre se nos dio muy bien. Véase lo de ese hermano de Carod que acaba de ser nombrado director general. Claro, que es el mismo puesto que antes ocupaba el hijo de Pujol: ya digo que tenemos una larga tradición en estas artes. Deberíamos rentabilizar nuestros saberes y organizar masters en mafia y amiguismo. Así, pasito a pasito, acabaríamos siendo una gran potencia.