Lluís Pasqual rompe la 'maldición' de la ópera 'Peter Grimes' en el Liceo
La ópera Peter Grimes, de Benjamin Britten, por fin se estrenó en el Liceo de Barcelona con una producción firmada escénicamente por Lluís Pasqual y musicalmente por Josep Pons que obtuvo la aprobación del público, que ovacionó y gritó bravos a los intérpretes y directores. El estreno de anoche rompió la maldición que había caído sobre esta ópera en el coliseo lírico barcelonés desde que en enero de 1954 se programó por primera vez sin que al final pudiera llegarse a representar por un conflicto diplomático entre España y el Reino Unido a raíz de la visita, ese año, de Isabell II de Inglaterra a Gibraltar. De nuevo se programó en la temporada 1993-1994, pero el incendio del Liceo frustró por segunda vez el estreno. El tercer intentó, en la temporada 1998-1999, fue abortado por la demora en la inauguración del teatro.
Anoche, con los restos del Liceo quemado como escenografía, y de la mano de Pasqual, la trágica historia del hosco y marginado Peter Grimes obsesionado en ganar dinero para ser aceptado por una pequeña comunidad integrista de pescadores que lo rechaza y lo aboca al suicidio llegó, al cabo, a buen puerto. La tradición lírica sitúa a La forza del destino, de Verdi, como la ópera gafe por excelencia, pero en el Liceo la maldición se cebó en Peter Grimes, la obra que catapultó internacionalmente a su compositor, Benjamin Britten.
Lluís Pasqual, que con esta ópera regresa al Liceo tras 14 años de ausencia, avanza la acción de la obra, originariamente ambientada en 1830, un siglo y la traslada de la costa este de Inglaterra a las ruinas del Liceo, cuya platea quemada reproduce la escenografía del italiano Ezio Frigerio.
