No excluyan al pueblo

La diferencia entre lo privado y público tiene que quedar bien delimitado cuando está referida a circunstancias especiales como es la boda de un príncipe constitucional como Don Felipe con Doña Letizia. Hay aspectos del acontecimiento que deben quedar en el ámbito de la intimidad personal y del familiar ¡qué duda cabe! Pero hay otros, como lo referente a la celebración del matrimonio que no debe sufrir reducción al ámbito de lo privado. La función principesca, como la real, en una situación en la que la Soberanía reside en el Pueblo, es a este a quien prioritariamente hay que tener en consideración. Anteponer preferencias que minimicen o dejen malparada dicha soberanía, equivale a dejar la Monarquía sin su natural y propio cimiento. Cierto que Pueblo y espacio se relacionan con dificultades, pero muchas de ellas son artificiales ¿No hay por los madriles y sus alrededores campo abierto para celebrar la boda sin que el Pueblo se tenga que ver desplazado y excluido? Dejen de agobiarse limitando y busquen y preparen un lugar amplio y abierto donde puedan sentirse cómodos entre el Pueblo, dándole facilidades para ser testigo de su caminar por el camino elegido, al anteponer el amor a las corruptelas del poder.