El fiscal investiga la actuación policial sobre la falsa célula de Al Qaeda
Un agente llevó al FBI, sin permiso del juez, sustancias incautadas a los detenidos
La Audiencia Nacional investiga cómo varias muestras de las sustancias químicas que intervino la policía a un grupo de presuntos salafistas detenidos el 25 de enero de 2003 en Barcelona y Girona acabaron en unos laboratorios del FBI en EE UU, donde se hizo un informe que sirvió para reabrir el caso. La Fiscalía interrogará al policía que las trasladó para que explique quién le ordenó este viaje y cómo se llevaron, presumiblemente, sin autorización judicial.
La policía asegura que comunicó al juez Guillermo Ruiz Polanco su viaje a EE UU y que la prueba se hizo con todas las garantías. Fuentes judiciales reconocen que se comunicó el viaje, pero precisan que se actuó sin contar con la autorización del magistrado.
El caso de estos sospechosos, a los que el presidente José María Aznar citó en el Congreso como argumento para justificar el apoyo a la guerra de Irak, será de nuevo archivado, según señalan fuentes judiciales. En su comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el pasado 5 de febrero, Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, incluyó a este grupo en un organigrama sobre la red de armas químicas y biológicas que dirige Osama Bin Laden.
El pasado mes de junio, Ruiz Polanco, titular del Juzgado de Instrucción número uno de la Audiencia Nacional, dictó un auto de archivo provisional del caso y devolvió las fianzas a los detenidos al certificarse que las sustancias intervenidas y analizadas en el laboratorio militar de La Marañosa (Madrid) eran inocuas.
Mohamed Tahraoui y Bard Eddin Ferji habían pasado cuatro meses en prisión; los otros 14 detenidos, casi dos meses. Pero la pesadilla de los 16 argelinos y marroquíes no había terminado. El pasado 11 de septiembre, Ruiz Polanco reabrió el caso a petición del fiscal Pedro Rubira. La policía había presentado un informe en el que se aseguraba que algunas de las sustancias intervenidas sirven para fabricar una bomba incendiaria denominada napalm casero.
El informe se apoyaba en un análisis llevado a cabo en unos laboratorios del FBI en Virginia (EE UU); concretamente, del líquido inflamable derivado del petróleo encontrado en un bidón con el nombre Finish-kare e intervenido a Djamal Boudjaltia.Su mezcla con el producto viscoso, compuesto por estireno, que se encontró en una botella de plástico produciría el napalm casero. Además, se incluyó otro informe del FBI sobre los métodos de Al Qaeda para disponer de placas de base electrónicas que utiliza en la elaboración de artefactos explosivos.
Viaje a Nueva York
El pasado mes de noviembre, Ruiz Polanco y Rubira viajaron a Nueva York e interrogaron al perito químico del FBI que elaboró el informe. La comisión rogatoria (petición de auxilio judicial) se celebró en el consulado español y Kelly, el químico, se ratificó en su informe, aunque aseguró que no tenía ninguna constancia de que ambos productos, el que contenía el bidón y el de la botella, estuvieran nunca juntos, según señalan fuentes judiciales. Esta precisión era importante porque ambas sustancias se hallaron en diversos domicilios.
El perito norteamericano señaló que las sustancias las había trasladado en una bolsa, a una sede del FBI en Virginia, "un policía español amigo" y que elaboró el informe a petición del mismo. Fuentes judiciales señalan que el funcionario policial español envió un oficio comunicando a Ruiz Polanco que viajaba a EE UU con las muestras, pero precisan que no recibió la autorización necesaria para su análisis.
Fuentes de la Fiscalía de la Audiencia Nacional confirmaron que se investiga el traslado de las pruebas y otras fuentes judiciales aseguraron que se solicitará al funcionario que explique quién le ordenó su viaje, con qué autorización viajó y cómo se llevaron las muestras al laboratorio del FBI. Fuentes policiales reconocen que no es posible tomar una iniciativa de estas características sin autorización judicial.
Fricciones y desencuentros
El presunto traslado irregular a EE UU de estas sustancias puede provocar la nulidad de las actuaciones judiciales, aunque el presumible archivo del caso por parte de Ruiz Polanco provocará el mismo resultado: que se levante la imputación que todavía pesa sobre los detenidos.
La investigación sobre el traslado de las muestras supone un nuevo encontronazo entre el juez y el fiscal del caso con la policía. La detención de esta falsa célula de Al Qaeda provocó roces de ambos con mandos de Interior. Ruiz Polanco dio un ultimátum a los agentes para que aportaran las pruebas contra los detenidos porque desde el principio consideró que eran insuficientes. Hubo frecuentes quejas y desacuerdos en la valoración de las pruebas sobre la presunta célula de salafistas, escisión del Grupo Islámico Armado (GIA).
El juez comenzó a dudar cuando uno de los detenidos a los que interrogaba sobre la sustancia que guardaba en una maleta le contestó: "Detergente, señoría. Sólo era detergente". El otro líquido sospechoso lo utilizaba otro de los detenidos para limpiar y sellar piscinas, su última actividad profesional.
La detención de los 16 argelinos y marroquíes se produjo a instancias del juez antiterrorista francés Jean-Louis Brugiere, que reclamó ayuda judicial a Ruiz Polanco después de la desarticulación en la región de París de un grupo de muyahidin que preparaba un atentado contra la Embajada rusa en la capital francesa. Varios de los detenidos en Francia, que reconocieron sus planes, viajaron a Barcelona y Girona para entrevistarse con sus hermanos españoles. Casi todos procedían de la región argelina de Chlef. Fuentes judiciales reconocen su malestar con el juez francés que "se desentendió del caso" cuando comprobó que las pruebas se caían y no respondió a las comisiones rogatorias enviadas desde España.
Acusar desde Guantánamo
Un presunto dirigente de Al Qaeda preso por los militares estadounidenses en la base de Guantánamo (Cuba) acusa al corresponsal de la cadena Al Yazira
Tayseer Alouny de ser el encargado de esa organización terrorista para las relaciones con los medios de comunicación, según un escrito del FBI remitido a la policía española.
La nota del FBI no identifica al dirigente de Al Qaeda que presuntamente lanzó esa acusación contra Alouny en un interrogatorio, pero se ha unido al sumario que instruye el juez Baltasar Garzón contra el periodista y otros detenidos por formar parte de una célula de terrorismo islámico liderada por Imad Eddin Barakat. El juez ha procesado a Alouny por un presunto delito de colaboración con la citada organización terrorista. Le acusa de enviar dinero a correos de Al Qaeda y de mantener contactos con dirigentes del grupo terrorista. Alouny, 56 años, sirio y casado con una española, niega todas las acusaciones. Antes de trabajar para Al Yazira
era traductor de la agencia Efe en Granada, ciudad en la que reside. Durante la última guerra de Afganistán entrevistó a Bin Laden y recibió varios vídeos en los que el dirigente de Al Qaeda se atribuyó el atentado del 11-S.
José Luis Galán, el letrado que defiende a Alouny, descalifica la nota del FBI y la define de "basura jurídica". "No tiene validez la declaración de un preso obtenida en Guantánamo, un lugar donde los interrogatorios se obtienen bajo tortura y sin los más elementales derechos", añade. Alouny salió de prisión en atención a la dolencia cardiaca que padece.
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