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Reportaje:

El cartero del rey de Tonga

Un barcelonés entrega a Juan Carlos I una carta con dos años de retraso

Jacinto Antón

Esta historia late con ecos de Robert Louis Stevenson y de Julio Verne y tiene a la vez una simpática pertinencia en estos días pasados de reyes, cartas y carteros, aparte de que ha de pulsar una nota emocionada en cuantos aman lo azul y lejano. A Jordi Llorens, natural de Granollers (Barcelona), viajero y fotógrafo, hay que suponerle una debilidad por el autor de En los mares del

Sur, dada su pasión por la Polinesia, pero nada, excepto su aspecto serio y resuelto, le vinculaban a priori con Miguel Strogoff, el inteligente y corajudo correo del zar.

Las casualidades de la vida han llevado a Llorens a hacer de intermediario entre dos reyes, separados por todo el ancho mundo, y a ser portador de una carta a través de extensiones que habrían sobrecogido al personaje de Verne, que, en realidad, sólo hubo de llevar su misiva de Moscú a Irkutsk, 5.200 verstas, 5.523 kilómetros, aunque, es cierto, en plena invasión de los tártaros de Féofar Khan. El viajero catalán no ha tenido que arrostrar peligros como los que acechaban a Strogoff pero la entrega de su carta, consumada el pasado octubre, se ha demorado un par de años.

El soberano polinesio puso la carta en un sobre que cerró con el sello real, recuerda Jordi Llorens

La historia arranca en la lejana isla de Tongatapu, en el palacio de aire victoriano de Nukualofa, capital del Reino de Tonga, célebre por sus bellas conchas, su danza tradicional -el lakalaka-, sus extraordinarios murciélagos (peteropus tonganus) descubiertos por los naturalistas de la corbeta Astrolabe y por haber sido uno de los escenarios del motín de la Bounty. Allí, Taufahau Tufo IV, el tu'i Tonga, el soberano de este país que se extiende sobre 171 islas (sólo 45 de ellas habitadas) y una extensión de 700.000 kilómetros cuadrados del Pacífico Sur, recibió en audiencia a Llorens, seguramente impresionado por las ansias de conocimiento del experimentado viajero. La audiencia tuvo lugar durante el aniversario del rey y cabe imaginar que las cosas no habrían ido igual de bien a nuestro hombre unos siglos antes, cuando entre los tonguianos, grandes guerreros que practicaban el canibalismo, era tradición sacrificar unos cuantos individuos en el aniversario real, tras arponearlos con garfios hechos de hueso humano.

El caso es que Tufo, empeñado en la modernización de su país y gran admirador de Paco de Lucía, estuvo de lo más simpático con Llorens. "En un momento de la audiencia me dijo que si le podía entregar una carta al rey Juan Carlos", explicó a este diario, "y, como no tenía papel oficial a mano, me pidió una hoja de mi diario de viaje, donde escribió un mensaje de saludo". El soberano polinesio puso la carta en un sobre que cerró con el sello real de Tonga. Llorens quedó algo confuso ante la iniciativa de su majestad, pero decidió tratar de cumplir el encargo. "Fue largo, especialmente porque debía entregar la carta en mano, pero un día, de regreso de un viaje a Mali, me encontré con que La Zarzuela me convocaba a una audiencia con el Rey". El improvisado correo pasó media hora charlando en privado con Juan Carlos I, de sus viajes, de su convivencia con diferentes tribus y culturas, de Tonga, y de Tupu IV, al que el Monarca español recordaba de los funerales del emperador de Japón. "Me sentí muy cómodo, fue una charla muy distendida", dice Llorens.

El viajero, que entregó al monarca español un ejemplar de su libro La vuelta al mundo en 80 lunas (Sirpus), ha vuelto a partir, esta vez con rumbo a las islas indonesias de Nusa Tengagara. ¿Lleva esta vez alguna carta, quizá para un remoto príncipe de Mompracem? "No", zanja Llorens. Y uno cree percibir un tono de alivio en la voz profunda del ocasional correo catalán del rey de Tonga.

Jordi Llorens, con Taufahau Tufo IV, el rey de Tonga.
Jordi Llorens, con Taufahau Tufo IV, el rey de Tonga.J. LL.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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