La rotura de un freno defectuoso causó el accidente de tren en Tobarra con dos muertos
Un informe encargado por el juzgado señala que las piezas de la máquina estaban deterioradas
Un año y tres días después de que se produjera el accidente de tren de Tobarra (Albacete), que provocó dos muertos y 50 heridos, la investigación judicial ha aclarado los motivos del descarrilamiento. Según un estudio que forma parte del sumario, el Talgo sufrió el accidente después de que la barra de frenado se desprendiera de la base de la locomotora debido a que sus piezas se encontraban deterioradas y que los arreglos que se habían realizado en el mismo mediante soldaduras fueron realizados de forma incorrecta y con materiales de baja calidad.
El estado de la barra provocó el desprendimiento de uno de los dos cables de sujeción, con lo que la misma pudo hacer contacto con cualquier elemento de la vía, como por ejemplo un balastro, que al colisionar con la barra de frenado ocasionó el descarrilamiento del tren en la localidad albaceteña de Tobarra. El informe fue realizado por el laboratorio SGS Tecnos a petición del Juzgado de Instrucción número 1 de Hellín tras conocer que los servicios de la Guardia Civil no podían determinar el motivo del accidente. En el texto, se asegura que las piezas de la barra de frenado se desprendieron antes del descarrilamiento: "Es posible que la barra, en la situación precaria (colgando de un extremo y de uno de los cables) realizara algún viaje sin que se advirtiera su estado". Así, el estudio de SGS Tecnos S.A. pone de manifiesto que el accidente podía haberse producido en cualquier otro momento.
El informe contradice y rechaza las manifestaciones que realizó el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, días después del accidente basadas en las explicaciones de Renfe -que corroboró el presidente de la compañía ferroviaria, Miguel Corsini, en el Congreso- en las que descartó un fallo técnico o humano, y apuntó a un posible sabotaje como causa principal.
Soldaduras desalineadas
El informe técnico afirma que las soldaduras que se habían realizado en los frenos "eran deficientes, por lo que las tensiones a las que se veía sometida propiciaron la generación y propagación de las grietas de fatiga encontradas". La soldadura mostraba además "faltas de fusión, sección escasa e irregular y una estructura metalúrgica poco adecuada para soportar esfuerzos cíclicos", indica. Además, las soldaduras estaban desalineadas, deficiencias que fueron corregidas mediante nuevas reparaciones, que para los expertos que realizaron el estudio, "aceleraron el proceso de rotura". Además de los problemas que sufrió la barra de frenado, otra de las piezas del tren, el cable de sujección del freno, se rompió. De esta forma, la barra de frenado se convirtió en una pértiga que elevó, en cuatro centésimas de segundo, el eje de la locomotora, provocando el descarrilamiento en el tren Madrid-Murcia-Cartagena el día 4 de enero de 2003.
El informe de SGS Tecnos aconseja que la compañía revise el mecanismo de frenado de todos los trenes con las mismas características y antigüedad, al mismo tiempo que asegura que la rotura de la barra de frenado se podría haber evitado si se hubiera detectado la fisura por fatiga de las soldaduras. No obstante, también indica que este tipo de problemas son difíciles de descubrir, ya que la rotura se produce desde dentro hacia fuera, por lo que a simple vista la barra parece estar intacta.
En el caso del Talgo siniestrado en Tobarra, "un simple examen visual de la barra muestra que una de las caras estaba machacada, mientras que la otra permanecía intacta".
Los accidentados en Tobarra se muestran preocupados ante la inactividad de la Fiscalía, "algo que contrasta con la actuación en el accidente de Chinchilla, donde parece evidente que el Gobierno se ha volcado para esclarecerlo todo", asegura Juan Carlos Díaz, abogado de la familia de Matilde Aragón, una de las dos fallecidas en el descarrilamiento del Talgo. En cuanto a las indemnizaciones, según indicó Juan Carlos Díaz, nadie ha cobrado cantidad alguna por la presunta responsabilidad civil de Renfe.
Araceli Díaz, una de las pasajeras heridas, asegura que un año después del accidente aún no la ha visto el forense ni ha declarado en el juzgado de Hellín. Esta vecina de Alcantarilla sufre dos hernias discales, un esguince cervical y contracturas en la espalda. Como indemnización, Renfe le ofreció 1.300 euros a través de su aseguradora, Mapfre, cantidad que rechazó su abogado.
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