"Queremos enseñar a entender mejor el mundo"
Charo Garaigorta dirige el departamento de Educación y Acción Cultural del Artium desde la inauguración del museo vitoriano en abril de 2002. Defiende que su trabajo es para "gente con dos vidas: el arte y la educación".
Pregunta. ¿Cómo se relaciona su trabajo como artista y la responsabilidad en el departamento de Educación?
Respuesta. Una parte alimenta a la otra. Cuando decidí estudiar Arte y Educación me interesó que exigiera desarrollar tu propia obra en el estudio, y así he seguido hasta ahora.
P. ¿Qué función debe cumplir Educación en un museo?
R. El departamento de Educación es un puente con la sociedad. A pesar de los cambios, los museos tienen una concepción decimonónica, y desde aquí nos corresponde relacionarlo con vida real, conseguir que tenga el pulso de lo que pasa fuera. Son museos hechos con dinero público, que son de todos, y todos los tienen que disfrutar. Su función no es sólo hacer exposiciones, sino también crear los vehículos para que esos contenidos sean entendidos y disfrutados por todo el mundo.
P. Muchas veces Educación parece sólo el departamento encargado de organizar visitas escolares.
R. Exacto, eso es algo que hay que borrar totalmente. El departamento de Educación no es sólo para niños. Es para todos los públicos, y de cualquier condición
P. ¿Cómo puden cambian esa situación?
R. Con programas para familias, en los que se potencia el diálogo entre el adulto y el niño, por ejemplo. Pensamos en el estado de desarrollo de cada persona. No seguimos la historia del arte, sino una aproximación conceptual: el arte es una idea que el artista quiere transmitir y que el público completa. Cada uno lleva una mochila cargada con su pasado, sus conocimientos, su cultura, sus miedos y deseos, y lo proyecta en la obra de arte. Si te acercas a través de la historia del arte, les atacas, lo conviertes en algo mucho más elitista. El público se debe dar cuenta de que puede relacionarse con la obra de arte. Con las generaciones más jóvenes trabajamos para que sean críticos con el bombardeo de imágenes y sonidos, para que aprendan a mirar obras de arte que les ayuden a comprender el mundo. No queremos crear artistas ni historiadores del arte, sino enseñar a entender mejor el mundo, a manejar herramientas para sobrevivir en esta sociedad y comprender mejor el mundo y a nosotros mismos.
P. ¿Lo consiguen?
R. No lo vamos a ver. Pasará una generación o dos de niños para quienes el arte haya sido un arma metodológica para llegar a otras realidades, para el currículo escolar, antes de ver los resultados. A corto plazo, el fruto es que los programas educativos están gustando y estamos conectando con profesores interesados. Muchos piensan que es sólo una excursión, pero hay que entender el museo como una herramienta educativa. Úsala, aprovecha que está pagada con tus impuestos.
P. ¿No se trata de aprender a disfrutar del arte?
R. No sólo del arte, de todo. Quien disfruta en el museo, vuelve.
P. ¿A qué grupos les cuesta más llegar?
R. Los adolescentes nos preocupan mucho. Por primera vez deciden venir al museo sin sus padres ni profesores. Les proponemos un programa que consiste en reunirse con un artista en el museo y comer en un taller que dura tres horas. Otro programa que ha funcionado muy bien está basado en la proyección de una película, y en la búsqueda de obras que conecten con ella, para ver que una idea se puede mostrar con distintos vehículos.
PERFIL
Charo Garaigorta, de 42 años, nació por casualidad en A Coruña. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la UPV y se trasladó a Estados Uuidos para realizar un 'master' en Arte y Educación en Columbia University. Antes de incorporarse al equipo del Artium trabajó en museos de la ciudad de Nueva York y nunca ha abandonado la creación artistica. Su próxima exposición se verá en la ciudad brasileña de Fortaleza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.