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Crónica:FÚTBOL | Decimoctava jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia impone su madurez

Baraja lidera la remontada del equipo de Benítez ante un Villarreal que fue mejor en la primera parte

Dicen sus compañeros que Baraja es un magnífico lanzador de faltas en los entrenamientos. En los partidos, en cambio, se le agarrota el pie. Le falta convicción o lo que sea. Pero ayer tuvo un aliado inesperado: Reina, que se tragó el gol del empate valencianista. El toque de corneta para una remontada que se antojaba remota en el descanso. Pero el Villarreal, que estuvo muy bien en el primer tiempo, se diluyó en el segundo, abrumado por su falta de madurez. Regaló el empate y se vino abajo, especialmente tras la autoexpulsión de Ballesteros. Suficiente para que Vicente, Aimar y Baraja recuperaran el tiempo perdido. Ninguno de los tres necesitó un gran partido para demostrar que, aun en una versión menor, son capaces de resolver. Porque son gente que pesa en los encuentros y eso el rival es el primero en enterarse. Ahí estuvo, por ejemplo, Baraja, que en dos achuchones dejó tieso al Villarreal.

VALENCIA 4 - VILLARREAL 2

Valencia: Cañizares; Curro Torres, Ayala, Marchena, Carboni; Jorge López (Angulo, m. 68), Albelda (Pellegrino, m. 89), Baraja, Vicente; Aimar (Oliveira, m. 75); y Mista.

Villarreal: Reina; Belletti, Ballesteros, Coloccini, Arraubarrena; Pedro Martí, Josico; Guayre (Battaglia, m. 68), Riquelme (Javi Venta, m. 74); Anderson (Víctor, m. 66); y José Mari.

Goles: 0-1. M. 15. Riquelme, de falta directa. 1-1. M. 56. Baraja, también de libre directo. 2-1. M. 58. Aimar pasa a Mista, éste le devuelve el balón y el argentino marca de tiro colocado. 3-1. M. 74. Baraja aprovecha un balón aéreo para marcar de tiro cruzado. 3-2. M. 76. Taconazo de Víctor a Belletti, que bate a Cañizares. 4-2. M. 88. Mista, tras centro de Oliveira.

Árbitro: Tristante Oliva. Expulsó a Ballesteros (m. 67) con roja directa por agredir a Marchena. Amonestó a Pedro Martí, Belletti, Coloccini, Vicente, Mista y Riquelme.

Unos 38.000 espectadores en Mestalla.

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El duelo entre Aimar y Riquelme acaba en tablas

Si el genio es todo aquel que roza lo sublime de vez en cuando, el Villarreal cuenta con uno de ellos: Riquelme. Lo hizo en el minuto 15. Se dispuso a lanzar una falta a escasos metros de la línea del área grande, escorada a la derecha. Entre él y Cañizares, una inmensa barrera humana. Sin embargo, él sabía cómo golpear al balón para que ascendiera y descendiera como un relámpago. Suave, con efecto, al primer palo, ese poste descuidado por el portero. El balón besó las redes y Cañizares se quedó quieto. Petrificado. Sin siquiera mover un solo músculo.

La falta que propició el golazo ya vino precedida de una bella combinación entre Guayre y Anderson. Al primer toque. Es decir, no se trataba de una casualidad. El cuadro de Floro le dio un baile al Valencia en la primera parte. Le rompió la presión a base de precisión en el toque y de velocidad en la mente. Y no es nada fácil. Lo logró sobre todo gracias a Riquelme, consumado prestidigitador con el balón en los pies. Es dificilísimo quitárselo. Pregunten si no a Jorge López y a Curro Torres, que rondaron por su banda. Un acierto de Floro situar a Riquelme por ese lado, pues se libró así de las acometidas de Albelda, mucho más contundentes que las de Jorge López. No anduvo fino el volante riojano ante su ex equipo. Apenas profundizó por su banda, por lo que el ataque valencianista hubo de concentrarse por la izquierda.

Rabioso salió Aimar tras el descanso. Picado en su orgullo. En ese duelo creativo que mantiene desde que eran unos críos con Riquelme, había salido claramente perdiendo en el primer tiempo, como apesadumbrado por quien compartiera estrellato en aquella Argentina juvenil campeona del mundo en 1997. Así que Aimar decidió que era hora de contestar. Al magistral tiro libre de Riquelme, Aimar respondió con una jugada digna de su privilegiada cabeza. Sobre todo por la calidad del pase. Arrancando desde atrás y mirando al piso, como quien no ve nada, vio, sin embargo, a Mista entre una maraña de contrarios. Éste le devolvió la pared y Pablito la envió afilada al poste. El instigador de la remontada, no obstante, fue una vez más Vicente. Y su insistencia en penetrar por su banda a pesar de todo. A pesar de que Belletti le había cerrado el paso en casi toda la primera parte. Pero él insistió y por ahí comenzó a crecer el Valencia. Del resto se encargaría Baraja, con la ayuda, eso sí, de Reina, que se engulló un libre directo del vallisoletano al palo que él cubría. Después se quejó de que le tapaba la barrera, pero eso también fue culpa suya. Por construirla mal.

Ballesteros dejó tirados una vez más a sus compañeros cuando agredió desde el suelo a Marchena. El árbitro lo mandó a la ducha y Baraja aprovechó para hurgar en el corazón de la zaga castellonense. Y cruzar el balón ante Reina. Bendecido parecía el partido y Benítez le dio un descanso a Aimar para que el público le ovacionara. Floro también retiró a un agotado Riquelme y adelantó la posición de Belletti. Con éxito. A los pocos minutos, un taconazo soberbio de Víctor dejó solo ante Cañizares a Belletti, que resolvió con sencillez. A un lado. El choque mantuvo la emoción hasta el final. Hasta que Oliveira sacara un centro raso desde la línea de fondo y lo embocara Mista. Respiró Mestalla y coreó por primera vez en mucho tiempo el nombre de Vicente. Intuyó que había sido el inventor de la remontada.

Vicente Abraza a Aimar dentro de la portería tras el gol del argentino.
Vicente Abraza a Aimar dentro de la portería tras el gol del argentino.JOSÉ JORDÁN
Aimar intenta escaparse de Josico.
Aimar intenta escaparse de Josico.JOSÉ JORDÁN

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