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FÚTBOL | Decimoctava jornada de Liga

El duelo entre Aimar y Riquelme acaba en tablas

Juan Morenilla

Las carreras deportivas de Aimar, de 24 años, y Riquelme, de 25, han serpenteado coincidiendo en las temporadas recientes. La última coincidencia les juntó ayer en Mestalla en un choque en el que ambos marcaron, pero que se cargó progresivamente de acciones bruscas. Mal asunto para Aimar y Riquelme, poco dados a la brega. Sin espacios y en mitad de un partido muy físico, los dos fueron sustituidos a la hora de juego.

Una falta a Guayre cometida a medias entre Marchena y Carboni sirvió el balón a Riquelme para que fusilara a Cañizares, clavado como una estatua ante la parábola del argentino. Los primeros minutos pusieron al jugador del Villarreal bajo los focos. Muy participativos, bajqron luego su protagonismo conforme el Valencia reclamaba el balón. Su brillo se apagó progresivamente.

Aimar también se sintió incómodo por el cariz de un encuentro propicio para el cuerpo a cuerpo y que acabó con la expulsión de Ballesteros y roces constantes sobre el campo. Incluso se vio al media punta del Valencia protestando airadamente a un juez de línea, un gesto poco común en él. Una dura entrada de Belletti, tras un forcejeo con Ballesteros, le dejó dolorido en el césped.

Si el primer asalto fue para Riquelme, el segundo fue para Aimar, que culminó la remontada del Valencia con el segundo gol. La victoria supuso la primera derrota del Villarreal a domicilio desde noviembre, cuando cayó en el Calderón.

Aimar y Riquelme comenzaron a llenar portadas al proclamarse campeones del mundo sub 20 en 1997, en Malaisia, con la selección argentina que dirigía Pekerman. Pocos meses antes habían debutado en la Primera División de su país, en edad de juveniles, aunque en equipos rivales. Aimar con el River Plate, Riquelme en el Boca Juniors.

Su salto a Europa fue más tempranero en el caso del valencianista. Aimar llegó a Mestalla en diciembre de 2000, y Riquelme al Camp Nou en el verano de 2002. Los problemas de adaptación y la falta de confianza de sus técnicos, Benítez y Van Gaal respectivamente, demoraron su explosión. Aimar se encuentra ahora "en el mejor momento" de su carrera, y Riquelme ha encontrado en Vila-real la calma que no halló en Barcelona. "Son dos grandes futbolistas, pero Aimar es único. Ve las jugadas mucho antes", ha dicho de ellos Maradona, quien ha reconocido su fascinación por el juego del valencianista. Siempre que no sea en partidos tan duros como el de ayer.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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