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Crónica:FÚTBOL | Decimoctava jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Barcelona se despeña en Santander

El equipo azulgrana, incapaz de superar el fallo de Rüstü que propició el primer tanto, fue goleado y transmitió malas sensaciones

Ramon Besa

El Barcelona se despeñó en Santander. Impotente en la gestación del partido, cuando llevó la voz cantante, no tuvo recursos para el remonte al que se condenó en la jugada tonta de cada semana, protagonizada por segunda jornada consecutiva por Rüstü, cuya titularidad ha abierto un nuevo conflicto innecesario en un club ya abrumado por los problemas deportivos. El relevo en la portería ha sido tan improcedente y gravoso de momento como insustancial resulta el ir y venir de los delanteros: maltratado Kluivert, Saviola calentó ayer banquillo para suerte de Sergio García hasta que el encuentro se puso chungo y Rijkaard se desdijo desde el banquillo de cuanto había anunciado en el vestuario. Ni dándole la vuelta a la alineación, le cambia la mala cara al Barça, que en Santander acabó tan descosido como en la Rosaleda, señal de que su problema no es de forma sino de fondo.

RACING 3 - BARCELONA 0

Racing: Ricardo; Moraton, Juanma, Neru, Azoye; Afek (Matabuena, m.72), Nafti, Moran, Regueiro; Benayoun (Jonathan, m.88); y Bodipo (Javi Guerrero, m.68).

Barcelona: Rüstü; Reiziger, Márquez (Quaresma, m.65), Puyol, Van Bronckhorst; Iniesta, Xavi, Cocu; Ronaldinho; Luis Enrique y Sergio García (Saviola, m.75).

Goles: 1-0. M. 51. Regueiro saca una falta desde la derecha, la pelota rebota en el pecho de Rustu, se le escapa, Juanma gana la posición a Márquez, que empuja el balón a la red.

2-0. M. 79. Javi Guerrero mete un pase en profundidad a Regueiro, que gana la espalda a Puyol y luego se revuelve para meter un chut en vaselina que supera por alto a Rüstü.

3-0. M. 83. Moratón centra desde la banda derecha y Javi Guerrero cabecea de forma impecable a la red.

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Morán.

El Sardinero. 16.500 espectadores.

El sentido común y determinación del Racing bastaron para golear al equipo de Rijkaard
El Barça acabó descosido como en Málaga, señal de que su problema no es de forma, sino de fondo
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Frágil y manso, falto de estructura y de autoestima, sin juego ni futbolistas, no encuentra el Barcelona remedio a su desasosiego. El proceder de Rijkaard es el primer síntoma de que las cosas van a peor. A cada partido que se le presenta echa una palada de tierra sobre el anterior. En un intento de recomenzar la temporada, anoche se olvidó de cuanto había proclamado sobre Iniesta y Sergio García y les puso en escena para que resolvieran un choque que, coincidiendo con el año nuevo, se anunciaba como crucial desde el barcelonismo, necesitado de un punto de inflexión a su trayectoria descendente.

Pese a ser un futbolista liviano, Iniesta se ofreció como punto de referencia de las maniobras ofensivas azulgrana, por encima incluso de Ronaldinho, que tiene una lectura del juego más individualista, menos panorámica y, sin embargo, siempre disuasoria por su capacidad para conducir la pelota y abrir el campo desde la línea de tres cuartos. El proceder inicial de uno y otro sobre la cancha incidió incluso sobre su posible incompatibilidad, denunciada hasta ayer por el propio Rijkaard cada vez que se le preguntaba porque no les juntaba en la alineación. El intervencionismo del enganche español en el primer tiempo llegó a solapar incluso los movimientos del brasileño, falto de campo, metido como una cuña entre Xavi e Iniesta, sin posibilidad para intervenir con la asiduidad que acostumbra.

Únicamente cuando Iniesta entraba en acción, el Barça alcanzaba el área local. El joven centrocampista conectó especialmente con Sergio García, un delantero que rompe con gusto, tira buenas diagonales, se perfila bien y remata todos los balones que caen en el área. Ricardo estuvo resolutivo en las dos ocasiones que el delantero barcelonista tiró entre los tres palos. Atento cuando fue exigido, el Racing sobrellevó el primer tiempo con más tensión psicológica que física. Al Barcelona le perjudicó tanto la falta de extremos, o cuanto menos de jugadores de banda, como e medios con llegada. La posesión del cuero abundó, por el contrario, en el exceso de pasadores y redundó en el ausencia de jugadores contundentes o con pegada.

No mezclaron los medios con Luis Enrique ni con Cocu y Sergio García quedó demasiado desasistido, siempre pendiente de Iniesta, convencidos como estaban el uno y el otro de que eran los únicos capaces de sorprender al adversario. Faltos de suerte frente al marco, los dos revulsivos azulgrana no lograron cambiar la rutina del equipo, tan excesivo y parado en la elaboración y en el pase como deficitario en velocidad y desmarque. Pese a su incapacidad para generar espacios, el partido pintaba de color azulgrana, aunque fuera simplemente por presencia e insistencia.

Ocurrió, sin embargo, que Rüstü se comió una falta lanzada por Reguerio en el arranque del segundo tiempo y el encuentro viró hacia el lado del Racing, que no desaprovechó el regalo. Alcaraz estuvo tan diligente corrigiendo los desajustes de su equipo en el descanso como moviendo el banquillo. A la que cazó un gol, se desplegó a la contra de forma certera, muy a gusto con su forma de jugar. Morán estuvo tan espléndido en la línea de pase como Regueiro y Javi Guerrero trabajando los espacios ante un Barcelona que renunció a su ideario inicial para encomendarse a los jugadores de siempre, con Ronaldinho a la cabeza.

Rijkaard fue cambiando para aumentar la confusión, hasta sustituir a Sergio García por Saviola, después de haber retirado ya a Márquez, una rendición en toda regla de acuerdo al enunciado del partido. El partido acabó como de costumbre desde el bando azulgrana. Ante la falta de criterio y de filosofía futbolística del Barça, turbado por tantos consejeros como merodean al entrenador, el Racing actuó con sentido común y determinación, cualidades suficientes hoy dia para golear al equipo de Rijkaard.

Sergio García controla la pelota ante Moratón.
Sergio García controla la pelota ante Moratón.EFE

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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