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Cientos de personas despiden a la familia fallecida en Valdemorillo

Cientos de personas acudieron ayer por la tarde al tanatorio de Navalcarnero a despedir los cadáveres de la familia fallecida el pasado jueves en accidente de tráfico en Valdemorillo y que residía en la localidad sureña.

José Miguel C. L., de 43 años; su mujer, Isabel M. P., de 41, y el hijo mayor de ambos, José, de 13, fallecieron tras chocar frontalmente su vehículo, un Mercedes 160, contra otro coche que circulaba en sentido contrario. Otros dos hijos del matrimonio, de seis y cuatro años, resultaron heridos.

José Miguel y su familia residían en el barrio de la Estación de Navalcarnero. Él se dedicaba a la venta ambulante (principalmente de ropa) y ella era ama de casa, según explicaron ayer varios familiares. Pilar, de etnia gitana, tenía tres hermanos y tres hermanas. "Su madre y uno de sus hermanos tienen un puesto en el mercadillo de Navalcarnero y por eso mucha gente conoce a la familia, de comprarles cosas", explicó una vecina que se acercó a velar los cuerpos. El día del fatal accidente, José Miguel, su mujer y sus tres hijos habían salido a pasar el día a la sierra aprovechando que era día festivo.

En el tanatorio de Navalcarnero, situado en la carretera M-600, se produjeron varios ataques de nervios de familiares de los fallecidos. Guadalupe, hermana de José Miguel, tuvo que ser trasladada a un centro sanitario tras desvanecerse dentro del recinto."¡Llamad a una ambulancia, que no se recupera!", exclamó un presente al ver cómo la mujer se desplomaba en el suelo. Un hombre intentó darle aire, pero la desfallecida no reaccionaba. Estaba blanca y sin fijar la mirada. "Yo ya no aguanto más, nos la llevamos de aquí...", gritó, desesperado, un familiar. Entre varios hombres llevaron a la mujer en volandas a un coche y salieron en dirección a un centro sanitario. "Id despacio", rogó una mujer mientras se refugiaba de la ventisca que ayer azotaba Navalcarnero. Al cuarto de hora se presentó en el lugar la ambulancia solicitada.

Dentro de la sala, payos y gitanos hacían corrillos. "Fíjate lo que les quería la gente, ha venido todo el pueblo", comentaba una mujer gitana que sujetaba un bebé en brazos. "Menuda forma de empezar el año", dijo otro hombre, con los ojos enrojecidos por el llanto. Los cuerpos de las tres víctimas estaban expuestos detrás de un cristal y una hilera de vecinos y familiares se acercaron durante toda la tarde a ver los cadáveres.

Algunos familiares no pudieron tenerse en pie de la emoción y se sentaron en los sofás de la sala arropados por mantas debido al fuerte frío.

La mayoría de los presentes aseguraron que se habían enterado del suceso por las noticias y exigieron se investigue a fondo quién tuvo la culpa del accidente. Las tres víctimas serán enterradas hoy en el cementerio de Navalcarnero.

"Los familiares se enteraron porque alguien que atendió a las víctimas cogió el móvil del padre y llamó a uno de los teléfonos que aparecían", explicó una mujer. "Yo lo he visto en la tele y me he quedado pasmada, los he reconocido enseguida", explicó otra.

Muchos niños, compañeros de clase de José, también se acercaron hasta el tanatorio. Los dos únicos supervivientes del accidente, los dos niños de cuatro y seis años hijos del matrimonio, fueron hospitalizados en el Niño Jesús y en La Paz. El más pequeño, según comentaron varios familiares, ya ha sido subido a planta. El otro permanece en la UVI, comentaron los mismos familiares, con rotura del fémur derecho, fracutra del maxilar inferior. "Se ha quedado gente de la familia cuidándolos, están haciendo turnos", añadieron. En un principio, el hermano pequeño fue trasladado al hospital La Paz. Al mejorar su estado, ha sido trasladado al Niño Jesús para que los dos niños se recuperen juntos.

El conductor del otro vehículo fue trasladado tras el accidente al hospital Puerta de Hierro con traumatismo abdominal severo y fractura de brazo derecho.

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