"Con mi nuevo disco cierro las puertas al pasado"
José María Granados (Ronda, 1957), el que fuera cabeza visible del añorado grupo Mamá, ha publicado su segundo disco en solitario, Aquí no es (Rock Indiana). Producido, como el anterior, por el multiinstrumentista Eduardo Font, ofrece una docena de canciones de amor, introspección y crítica social. Granados y su banda de cinco músicos presentan Aquí no es el jueves 8 de enero en la sala Clamores de Madrid.
Autor prolífico -"se me ocurren canciones por la calle y voy corriendo a casa a grabarlas"-, Granados seleccionó entre su cosecha más reciente el repertorio de Así no es: "Todo es fresco, excepto La última vida de un gato, que hicieron Los Secretos en 1995, y Perdiendo tu sabor, que ya tocaba a principios de los noventa". El resto responde a estímulos recientes. Por ejemplo, Basura en el corazón se hizo para ser tocada a finales de 2002, en un acto colectivo contra la ocupación de la televisión pública por los artistas de Operación Triunfo. "Es una denuncia de la degeneración de la oferta televisiva, que se ha hecho aún más pertinente en los últimos meses; me encanta que La Mala Rodríguez haya sacado un tema en la misma dirección. Aunque no sea lo mío, el rap resulta fascinante para todos los que exploramos las posibilidades del castellano en la música".
Así no es pudo tomar una forma muy diferente: "La pretensión inicial era grabar 40 temas de alrededor de un minuto -lo de lo bueno, si breve, bla, bla, bla-, pero lo desechamos según avanzaba la preproducción". Granados también evitó cargar las tintas: "La canción que da título al disco ya era bastante amarga, y no quería que saliera un disco especialmente antipático. Éste tiene más unidad que el anterior, sólo pretende ser un reflejo del momento que vivo".
Granados participa en el audaz experimento de Rock Indiana, su actual discográfica, que vende todas sus referencias a cinco euros, en tiendas o a través de Internet (cincoeuros.com): "Está teniendo buena acogida, hay gente que compra dos o tres copias del mismo disco". Aparte de desincentivar la piratería y la copia casera, la iniciativa pretende defender el concepto de disco largo: "Dicen que el mercado va hacia el consumo de canciones sueltas, pero es imposible entender la obra de los Stones o de Dylan si prescindes de la idea de LP y del momento en que se grabó. También es cierto que la industria maltrata los discos de pop, a diferencia de lo que llaman música clásica".
Le encantaría usar la Red para poner en circulación selecciones de su inmenso archivo de inéditas: "De Moscatel, mi primer grupo, puedo tener fácilmente unas 250 canciones, originales pero también versiones de Veneno o Sisa". Para bien o para mal, Granados está marcado de por vida por su asociación con uno de los grupos más impetuosos de la nueva ola, Mamá: "Me harta la mitificación de la movida". El otro día dedicaron en TVE un programa a "las músicas de la Constitución" y la mitad eran grabaciones de los primeros ochenta. Me pareció hasta insultante para los músicos de otras épocas y otros estilos. De Mamá, ahora yo sólo toco un par de canciones".
Músico a tiempo parcial (trabaja como funcionario por las mañanas), Granados adora a los compositores barrocos: "Me fascina la idea del músico en nómina, que componía según lo que pedía el rey o el cardenal correspondiente. Primero, se evitaba el endiosamiento del artista que llegó con el romanticismo; segundo, trabajaban constantemente, conjugando oficio e inspiración; además, en aquel tiempo no se sobrevaloraba la originalidad y estaban libres del pavor que ahora sentimos por el plagio inconsciente. Internarse en la obra de, digamos, Telemann es una cura de humildad para cualquiera".
Babelia
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