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Una venganza, posible móvil del doble asesinato de Collado Mediano

Una empresa del fallecido Ramón Luque quebró y dejó deudas a varios acreedores

Todo son incógnitas en el doble homicidio de Collado Mediano, donde murieron tiroteados un vecino del municipio, Ramón Luque Gómez, de 59 años, y su hija Eva Luque Peinado, de 28 años. El hecho de que el interior de la vivienda no estuviera revuelta y que una de las víctimas fuera acribillada a balazos hace que la hipótesis de que un grupo de ladrones entró a robar en la vivienda vaya perdiendo fuerza. Los investigadores se inclinan a pensar que algún socio o proveedor del fallecido, constructor de profesión, podría haber decidido vengarse contratando para ello a unos algunos sicarios.

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El doble homicidio de Ramón y Eva Luque se produjo sobre las siete de la tarde del pasado lunes en el chalé unifamiliar del matrimonio Luque Peinado, en el número 6 de la calle de la Senda. El hombre estaba sentado en el sofá del salón y tenía dos impactos de bala en la frente y en el cuello. La hija presentaba al menos cuatro disparos en el abdomen, el pecho y la nuca. Estaba caída en el suelo, rodeada de un gran charco de sangre.

La inspección ocular efectuada por los especialistas de la Guardia Civil ha permitido comprobar que el chalé estaba sin revolver, por lo que, en principio, descartan el móvil del robo. Los agentes hallaron en el lugar del crimen varios casquillos de un arma de pequeño calibre, probablemente del 9 milímetros corto. Fueron enviadas a los laboratorios de Criminalística, que se encargarán de analizarlos para determinar si fueron disparados por el mismo arma. Los primeros indicios apuntan a este supuesto. Las pistolas del calibre 9 milímetros están prácticamente en desuso y hallar munición para ellas resulta difícil, según fuentes policiales. Fueron pistolas utilizadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en especial la Guardia Civil de Tráfico y algunas unidades militares, hasta los años sesenta y setenta.

Secuencia del homicidio

La secuencia de los hechos apuntan a que Ramón Luque fue el primero en ser asesinado. Se encontraba sentado en un sofá y no tenía aspecto de haberse percatado de la presencia de los criminales. La muerte de la hija pudo deberse a que sorprendió al asaltante. El tiro en la nuca que recibió ésta fue efectuado, según las investigaciones, a corta distancia y en un intento de rematar a su víctima ya moribunda.

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La suegra de Ramón Luque, una anciana de 94 años, se encontraba en un sala de estar de una planta superior con la puerta cerrada. Cuando bajó al salón tras oir unos ruidos, se halló con la dramática escena de ver a su yerno y a su nieta ya fallecidos. La mujer intentó avisar a la Guardia Civil. Para ello cogió el listín telefónico, pero, dada la dificultad para ver los números, no pudo localizar un teléfono de emergencia. La mujer, según reconocieron fuentes del caso, pudo salvar la vida al permanecer en la habitación de arriba mientras sus familiares eran tiroteados en el salón.

La esposa del fallecido fue la que halló los cadáveres de Ramón y Eva. Salió corriendo a un chalé contiguo, cuya vecina alertó a las 19.15 al teléfono de emergencias 112. Dos minutos más tarde este servicio recibía una llamada desde un teléfono móvil que repetía el aviso de que dos personas habían muerto asesinadas por disparos. Los dos comunicantes señalaron que una vecina había salido gritando que habían matado a sus familiares. La policía local y la Guardia Civil requirieron la presencia de personal sanitario al 112 a las 19.24.

La Guardia Civil no descartaba ayer ninguna hipótesis sobre el doble homicidio. Sin embargo, poco a poco fue perdiendo fuerza el robo, ya que la casa estaba en perfecto estado y no faltaba ningún objeto de valor, incluidos algunos cuadros de firmas reconocidas que había coleccionado la víctima. Además, Ramón Luque conservaba un reloj y una cadena de oro que tampoco le fueron sustraídos. De todas formas, la viuda y su hijo no habían podido entrar ayer a su chalé, ya que los guardias civiles encargados de la investigación continuaron la inspección a fondo del domicilio.

La forma de actuar hacía pensar a fuentes próximas al caso que la hija no era objetivo de los criminales, pero, al encontrarse con el o los homicidas, fue acribillada a balazos. Los investigadores tampoco hallaron signos de violencia en las puertas de acceso al domicilio, por lo que se deduce que éstos fueron ejecutados por personas conocidas o cercanas a las víctimas. Éstas les habrían dejado entrar al llamar al timbre. La alarma tampoco estaba forzada ni desconectada. Según explicaron algunos vecinos el día de los hechos, la familia solía tener abierta la puerta del jardín, lo que también pudo facilitar la entrada de los asesinos.

Una de las piezas fundamentales para la investigación es la recuperación de la pistola empleada. La concejalía de Limpiezas depositó toda la basura recogida en el municipio en un complejo polideportivo, donde los guardias la revisaron a fondo, sin que lograran recuperar el arma. La noche anterior rastrearon las zonas colindantes y los contenedores de la zona de El Mirador de Collado Mediano en busca de la pistola.

Luto oficial

Algunos colectivos vecinales anunciaron ayer que se manifestarán en el municipio para reclamar mayor presencia policial y vigilancia en el municipio. Fuentes de la Guardia Civil señalaron que Collado Mediano es una de las zonas más tranquilas de la región. En diciembre sólo ha habido dos denuncias por robos en domicilios.

El Ayuntamiento de Collado Mediano aprobó ayer tarde en una sesión plenaria extraordinaria un manifiesto para expresar su rechazo "de la manera más enérgica" por el asesinato de Ramón Luque y su hija Eva. Además, la Corporación decretó día de luto oficial para hoy.

Constructor desde los 16 años

Ramón Luque Gómez, de 59 años, llevaba toda la vida trabajando en la construcción, según señalaron fuentes cercanas a la familia. Comenzó como albañil cuando sólo tenía 16 años y desde entonces fue creciendo hasta poder formar su propia empresa y dirigir un negocio propio. De hecho, participó en la construcción de las torres KIO de la plaza de Castilla y en algunos pabellones de la Expo 92, según las mismas fuentes.

En la actualidad estaba en paro, aunque era uno de los apoderados de la empresa Arme 2001. Esta sociedad fue creada hace dos años bajo el epígrafe de "servicios financieros y contables". Al principio carecía de actividad alguna. En octubre de 2001 la adquirió Antonio Vicenti del Castillo, que ahora es el administrador único de esta compañía. Fuentes próximas a la transacción señalaron que los adquirientes, entre los que se encontraba el fallecido Ramón Luque, tenían prisa por encontrar una sociedad ya constituida, por lo que decidieron adquirir el 100% del capital social.

"Tenían previsto un negocio inmobiliario muy importante y la compraron en cuestión de días", añadieron las citadas fuentes. Ahora Luque era apoderado de Arme 2001, al igual que otro socio, Luis Torres Gómez, que tomó posesión el pasado 26 de diciembre.

Fuentes próximas al fallecido señalaron que éste tenía una empresa que quebró hace unos años. Después repartió los activos entre los trabajadores y los acreedores, que no llegaron a cobrar todo el capital adeudado. Esto pudo levantar el resquemor y las ganas de venganza entre los afectados.

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