Hallan un cadáver degollado en el lago del parque Tierno Galván

El cadáver de un hombre de unos 35 años, posiblemente del este de Europa, fue hallado a primera hora de la mañana de ayer flotando en un lago del parque Enrique Tierno Galván (Legazpi). El fallecido tenía un gran corte en el cuello, presumiblemente hecho con una botella rota hallada en una hondonada a 50 metros del lago. La policía cree que el hombre se cortó allí, anduvo hasta la orilla y se arrojó al agua.

Un madrugador visitante del parque alertó a la Policía Municipal de que en el lago situado más al sur del parque, pegado a la M-30 y a la vía del tren que rodean la zona verde, estaba el cuerpo de una persona flotando a unos tres metros de la orilla. Los bomberos del Ayuntamiento, que acudieron al lugar minutos después de las 9.00, retiraron el cadáver del agua y observaron que se trataba de un hombre de unos 35 años, posiblemente rumano y que tenía un gran corte que le seccionaba el cuello desde la parte inferior de la oreja izquierda hasta la parte derecha del cuello.

El fallecido no portaba su documentación encima, según explicó un portavoz de Emergencias de Madrid. Los bomberos también hallaron una cazadora y un par de zapatos, supuestamente pertenecientes al fallecido, alineados en la orilla.

Los bomberos rastrearon el fondo del lago artificial, con unos 50 centímetros de profundidad, pero no encontraron ningún objeto causante del corte. Los agentes de la policía que investigan el caso sí hallaron una botella rota, con restos de sangre, junto a otros objetos en una hondonada situada a 50 metros del lago. En el sendero que discurre entre la hondonada y el agua encontraron un rastro de sangre, lo que parece indicar que la herida del cuello se produjo allí.

Junto a las vías del tren

La hondonada está situada junto a la valla que separa el parque y las vías del tren, muy cerca del vértice sur del parque, formado por el ferrocarril y la M-30. En el lugar hay una construcción que parece ser un colector de agua.

A falta de la autopsia que hoy será realizada en el Instituto Anatómico Forense, fuentes policiales mostraron sus sospechas, sin descartar ninguna hipótesis, de que el fallecido pudiera haberse quitado la vida.

Esta hipótesis sostiene que el hombre bajó hasta la hondonada y rompió una botella de cerveza de un litro de capacidad. Con la parte cortante del cristal él se habría rajado el cuello tras varios intentos, que le dejaron unos cortes superficiales en la piel.

La policía sospecha que el fallecido, tras degollarse, caminó 50 metros cuesta arriba hasta la orilla. Allí se quitó la cazadora y la dobló, dejándola junto al agua. Lo mismo habría hecho con los zapatos. Sin chaqueta, descalzo y con el cuello sangrando, el hombre se arrojó al agua, donde murió desangrado o ahogado.