Navarro vuelve loco al Madrid

Ejecutado por un Navarro letal, el Madrid entró en el vestuario cabizbajo, herido por la derrota ante el Barcelona, y encendió la radio para prolongar su sufrimiento. Dependía de otros equipos, que todavía jugaban, para estar en la Copa del Rey. La derrota del Unelco Tenerife ante el Caja San Fernando le permitió respirar. Estará en Sevilla, como el Adecco Estudiantes y el DKV Joventut, aunque por los pelos.

Con Bodiroga lesionado, Navarro tomó las riendas del Barcelona para tumbar al Madrid con 30 puntos, su mejor registro en la Liga ACB. A la hora de la verdad, tras un tuteo que mantuvo el encuentro balanceándose hasta el final, el Barça dio el tirón con una facilidad asombrosa. Las resistencias del Madrid cayeron de golpe. El conjunto de Julio Lamas acusó el desgaste físico del choque, cansado por su menor banquillo, con Kambala y Bennett extenuados y sin respuestas ante Navarro, un ciclón en el ataque. Poco le importó al Barça la ausencia de su líder, Bodiroga, ni los pocos puntos de sus jugadores interiores. Navarro hizo de capitán general.

Ante el poderío físico del Barcelona, más grande y fuerte, el Madrid optó por la velocidad. Es decir, Bennett, la otra figura capital del partido. El base comandó el ataque de su equipo hasta que le duró la gasolina. Con cambios en la defensa, de la zonal a la individual, el Madrid partió con ventaja hasta que Pesic cambió de estrategia. El equipo azulgrana adelantó su defensa para evitar que Bennett iniciara las jugadas, lo que supuso un lastre para el Madrid, mucho menos fluido cuando el balón no estaba en las manos de su director.

La presión del Barcelona le dio el timón del partido. Ilievski, Navarro y De la Fuente se alternaban en la defensa de Bennett, menos socorrido desde el banquillo. Sólo Victoriano podía darle un descanso. Tapado el base, el Madrid se atascó. El segundo cuarto vio un duelo de triples. Una buena solución a falta de ideas.

La zona acogió una batalla aparte. Kambala mantuvo al Madrid en la cuerda mientras Bennett se tomaba un respiro, secundado por Fotsis y Mumbrú en el rebote, pero el letón sufrió para narcar a Dueñas, más fuerte, y a Fucka, más rápido. El Barça cerró su defensa, mantuvo la presión muchos metros por delante y obligó al Madrid a jugar posesiones cortas. Un parcial de 0-10 comenzado el último cuarto (66-73) fue el golpe definitivo. El Barça lo asestó como si nada. El Madrid lo encajó impotente. Con el marcador en contra, fue víctima de las prisas. Bennett no pudo cambiar el ritmo e incluso acabó eliminado por faltas. No quedaba otra cosa que evitar una derrota demasiado abultada y... esperar noticias.