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Perfil | John Thain

El 'insider' desapasionado

John Thain llama la atención nada más verlo por su joven apariencia. Parece más un recién graduado en un master de Economía y Finanzas que un superpoderoso ejecutivo de Wall Street. La elección para ponerlo al frente de la ejecutiva de la Bolsa de Nueva York (NYSE) no es casual. Su brillante carrera profesional no deja lugar a dudas y, a pesar de las apariencias, está considerado como una de las personas que mejor conocen los entresijos que rigen la bolsa más importante del mundo. Es un verdadero insider de Wall Street.

Thain nació hace 48 años en Antioch, una pequeña ciudad a medio camino entre Chicago y Mil-waukee. Ha trabajado la mitad de su vida en el prestigioso banco de inversiones Goldman Sachs, donde durante los últimos cinco años ocupó el puesto de presidente. Eso le ha convertido en uno de los principales inversores de la firma, con 300 millones de dólares en títulos. El 15 de enero próximo saltará al NYSE, donde ocupará el cargo de ejecutivo jefe en una etapa muy delicada para este mercado y por sus servicios cobrará cuatro millones de dólares.

Su nombre ocupaba desde hacía un mes el puesto de cabeza en la lista de candidatos a la ejecutiva del NYSE, pese a que muchos no lo conocen en el parqué. John Thain sabe cómo opera el mercado de valores y entiende a la perfección el papel que puede jugar la tecnología en ese ámbito. Es, además, una persona que destaca por su integridad, su frialdad, su precisión, su paciencia y por no tolerar el error. Por todo esto, en el barrio financiero de Manhattan se le conoce como el "tecnócrata desapasionado" y nadie se lo imagina ayudando a Mickey Mouse a dar el campanazo de salida a la jornada en Wall Street, como hacía el anterior presidente ejecutivo. Su perfil y sus formas, de hecho, contrastan radicalmente con la chispa y los métodos de Richard Grasso, quien tuvo que abandonar por la fuerza el NYSE presionado por la controversia. Y es que la Bolsa de Nueva York no iba buscando a un "tocador de campana" como Grasso.

Thain, como dijo el presidente interino del NYSE, John Reed, posee la capacidad de transmitir confianza al inversor. De él se espera que sea capaz de borrar los "malos recuerdos" de una etapa que ha hecho temblar los cimientos del capitalismo de EE UU y que muchos, como Reed, no dudan en calificar de "vergonzante". En Wall Street se reconoce que en esta reforma que afronta la bolsa, la más importante en sus 211 años de historia, era necesario introducir un "cierto grado de automatismo". Pero señalan que debe tratarse de una "evolución" y no de una "revolución".

SCIAMMARELLA

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