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FÚTBOL | 17ª jornada de Liga

Eto'o, oscurecido por el rey de la eficacia

Diego Torres

El partido de ayer define a Ronaldo. En su duelo de especialistas con Samuel Eto'o el brasileño libró una actuación monumental. Es decir, una actuación que es un monumento a lo que él representa: máximo rendimiento al menor coste. Eficacia, en suma, reflejada en un dato estadístico infalible. Eto'o remató cinco veces y no marcó. Ronaldo le dio ventaja y una vez que Eto'o hubo hecho su cuarto remate, al palo, cogió un balón, desbordó y disparó. Fue su primer tiro -y el último- y marcó. Y su gol no sólo sirvió para ganar el partido. Además de subir al marcador en forma de cifra (1-2), cayó como un plomo en la moral de sus rivales. El Mallorca, que había tenido muchas más ocasiones que el Madrid, se sintió abatido. Desmoralizado.

El encuentro medía a Ronaldo a un delantero en boga, Samuel Eto'o, líder y goleador del Mallorca con ocho tantos. Eto'o jugaba en su estadio, en Palma, una ciudad que ha hecho suya en los tres años que lleva en la isla. Orgulloso como es, el camerunés necesitaba demostrar su afecto y su valor ante una afición que pudo verle ayer por última vez, empeñado como está en dejar el Mallorca para dar un salto hacia cotas más altas, el Arsenal o el Chelsea, por ejemplo.

Eto'o puso todo su repertorio en el césped. Instruyendo permanentemente a sus compañeros, guiándoles cada vez que tenían el balón -"¡centra a aquél, déjame a mí, pásamela ahí..!"-, se distanció de su oponente, distante a varios metros, en las inmediaciones del área de Leo Franco. En ese aspecto, Ronaldo es lo contrario: no habla nunca, no dice nada. Si acaso, hace un gesto con las manos, o parte las cejas, en rictus de mente atribulada. Pero lo que es la boca, no la abre ni para pedir la pelota. Ya puede estar más solo que un beduino. Él no está para hablar de su oficio.

Eto'o lo vive de otra manera. Es más dinámico, se desmarca continuamente, desafía a los defensas cada vez que puede y, si se calienta, como ayer con Casillas, no se corta y es capaz de darle una patada al portero para intentar sacar ventaja de un falso tropiezo.

Eto'o hizo un buen partido. Remató de cabeza -rechazó Pavón-, se quedó solo ante Casillas -y el portero le achicó el ángulo y le sacó el tiro con un manotazo-, tiró con la zurda y se le fue desviada -Borja se le colgó de la cintura- y fusiló al palo. Meneó la cabeza, se sobó la cara, se mesó los cabellos medio angustiado.

Y en eso apareció Ronaldo, perdido hasta ese momento exacto en que encaró a Lussenhoff, le amagó por adentro, se fue por afuera, lo sentó, y se adelantó a Nadal para conectar un tiro de zurda exactamente al palo contrario al que esperaba Franco: el segundo, y gol.

Después provocó un penalti, pero eso es ya es lo de menos.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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