El fantasma, fotografiado
Las cámaras del circuito cerrado de televisión del palacio Hampton Court, donde el rey Enrique VIII de Inglaterra selló la desgracia de su quinta esposa y que, según la leyenda, está encantado, han grabado una imagen fantasmal. "Me quedé de piedra cuando la secuencia de las cámaras del circuito cerrado [de televisión] mostraron una figura estremecedora vestida de época en la puerta; era algo fantasmagórico, pues la cara no parecía humana", relató uno de los guardias de seguridad del palacio. Según reza la leyenda, el castillo de Hampton Court, al suroeste de Londres y actualmente una popular atracción turística de 500 años de historia, está habitado por el espíritu de Catalina Howard, la quinta esposa de Enrique VIII, ejecutada por orden del rey en 1542 a los dos años del matrimonio. Fue en Hampton Court donde se detuvo y mantuvo arrestada a Catalina Howard después de que cayese en desgracia ante su esposo cuando éste se enteró de diversas relaciones sentimentales que había mantenido antes de la boda. En ese palacio real murió, además, la tercera esposa de Enrique VIII, Jane Seymour, al año siguiente de su matrimonio con el rey de las seis esposas, cuyas ansias matrimoniales provocaron la ruptura con la Iglesia católica y el nacimiento del anglicanismo. Según han señalado los responsables de Hampton Court, ahora museo, después de muchos rumores sobre el encantamiento del palacio, en octubre pasado se captó por primera vez una imagen del supuesto fantasma. Las cámaras del circuito cerrado de televisión recogieron primero imágenes de puertas abriéndose sin que nadie las empujara, y posteriormente, a una figura espectral que cerraba la puerta. "Mi primera reacción es que alguien nos estaba tomando el pelo, así que les pedí a mis colegas que echaran un vistazo; hablamos con los guías, que van disfrazados, pero no llevan un vestido como el de la figura", aseguró el guardia de seguridad
. En marzo de 2001 la administración del palacio de Hampton Court llamó a un grupo de cazafantasmas después de que algunos turistas alertasen de "una presencia espectral", de que escucharon gritos y de que hubo súbitos descensos de temperatura. Entonces, un equipo de psicólogos de la Universidad de Hertfordshire, tras instalar cámaras térmicas y detectores de movimiento de aire, llegaron a la conclusión de que los descensos de temperatura se debían a una gélida corriente de aire.-
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