Zapping
Velas y vientos
Comparar Que trabaje Rita (Antena 3) con Las noticias del guiñol (Canal +) es una herejía. Allí donde la sátira informativa propone ironía y capacidad para sorprender con ideas y recursos, el vejamen chismoso abusa de una vulgaridad populista.
Látex
¿Cómo exagerar en látex lo que ya ha sido deformado por la silicona? Las caras y las voces de QTR se parecen poco al original y se hace burla de unos famosos en un programa, ¿Dónde estás, corazón?, que financia la vida genital de una especie desquiciada. Lo coherente sería incluir la coartada de la autocrítica y añadir a esta feria de monstruos réplicas de los periodistas-rumorólogos. Allí están, desplegando una extraña mezcla de antropofagia y deontología, tomándose su trabajo con tanta solemnidad que, si te despistas, acabas creyendo que los asuntos que tratan son realmente importantes.
Sobrevivir
Gracias a la televisión hemos aprendido que en los programas de cautividad abundan los pareos y las pomadas. La realidad, en cambio, va por otro lado. Así como una concursante de La isla de los famosos no podía prescindir de su vibrador, Sadam Husein utiliza otro método y desmiente el lema telefónico de que la vida es móvil. Para permanecer siete meses fuera del mundo sólo necesitó 750.000 dólares, libros, dos Kaláshnikov, una pistola y un taxi en la puerta del zulo. De los elementos de esta detención, el más admirable es el taxi en la puerta. Eso es estilo, y no que le humillen ante las cámaras manoseándole las amígdalas y la barba.
Infierno
En A tu lado puedes llamar y elegir una figura del pesebre y llevarte una cámara de premio. ¿Pesebre diabólico? Lo diabólico es un anzuelo en un mundo donde las marcas presumen de propiedades obvias. Los sprays nasales subrayan sus agentes descongestivos y los detergentes se jactan de llevar jabón natural. ¿No es lo lógico? Para compensar, en Aquí hay trabajo (La 2) se ofrece una plaza de preparador de pizzas, y el presentador, Juanjo Pardo, le pide a Papá Noel que no suba el precio de la vivienda. No descarten, pues, que a Papá Noel le rompan las piernas. Otro que algunos mandarían al infierno, Josep Lluís Carod Rovira, estuvo en La noche abierta. Se contagió de esa afabilidad que tanto propicia Pedro Ruiz, un recurso que, en general, resulta empalagoso, pero que demostró que no hace falta comportarse como Ainhoa y Nico en Gran Hermano para hablar. Este sosiego, sin embargo, contrasta con la bronca del Congreso de los Diputados, donde la oposición prefirió la pancarta y el absentismo irresponsable a la argumentación y el voto en contra. Es un peldaño más en un absurdo que permite que un Parlamento elegido democráticamente apruebe una ley que va contra otros parlamentos elegidos democráticamente. En estas circunstancias, el anuncio de perfumes de Jean Paul Gaultier ofrece una sensual alternativa: onanismo.
