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Los fondos de Bolsa ganaron 5,5 puntos menos que el mercado cada año entre 1992 y 2001
Invertir en Bolsa a través de fondos no ha resultado muy rentable... al menos hasta ahora. Un reciente estudio revela que en el periodo 1992-2001 el dinero colocado en la Bolsa española se multiplicó por 4,54, mientras que los fondos sólo consiguieron hacerlo crecer 2,76 veces. Además de las comisiones, la mala diversificación de sus carteras y las decisiones erróneas de los gestores tienen un coste elevado para el ahorrador. El índice por sí solo aparece como mejor gestor frente aquellos que se dedican profesionalmente a mover el dinero de los inversores.
El estudio desvela que las decisiones de los gestores de fondos de mover la cartera para ajustarse a los mercados ha sido perjudicial
De los 55 fondos analizados entre 1997 y 2001, sólo uno consiguió una rentabilidad bruta (incluyendo comisiones) superior a la del mercado
Por definición, una de las claras ventajas que ofrecen los fondos de inversión frente a colocar el dinero directamente en el mercado es la de beneficiarse de una gestión profesional. Importantes equipos de gestores, con legiones de analistas a su servicio para moverse en el cada vez más complicado mundo de los mercados financieros. Sin embargo, esta profesionalidad es más que cuestionable a tenor de los resultados obtenidos en la última década. Este viaje a la Bolsa española, tal vez, se hubiera hecho mejor sin compañía de expertos. Eso sí, este hipotético supuesto tropezaría también con la dificultad de tener suficiente dinero para construir una cartera de tan numerosos valores como los que componen un índice.
Los fondos que invierten en la Bolsa española no han conseguido sacarle todo el jugo al mercado. Simplemente con que se hubiesen limitado a replicar los índices de la Bolsa hubieran ofrecido a sus clientes una ganancia mucho mayor. El Instituto Español de Analistas Financieros acaba de publicar en su revista Análisis Financiero un artículo de los profesores del IESE, Juan Palacios Raufast y Leticia Álvarez Alonso, en el que saca los colores a los gestores de los fondos españoles de acciones.
En este trabajo han acotado dos periodos de tiempo (1992- 2001 y 1997-2001) y en ambos, el índice bursátil bate claramente a las ganancias medias que han obtenido los ahorradores colocando su dinero a través de fondos.
La rentabilidad neta anual de la Bolsa en el periodo de 10 años superó a la de los fondos en más de 5,5 puntos (16,33% frente a 10,72%), y en más de 7,5 puntos en el periodo de 5 años (15,94% frente a 8,28%). Así, una inversión en Bolsa se hubiera multiplicado por 4,54 en los dos lustros estudiados, en tanto que en los fondos sólo se multiplicaría por 2,76. En este caso, no se ha tenido en cuenta las comisiones de gestión, ni las que muchos fondos aplican por la suscripción o el reembolso de las participaciones de los fondos. Estas últimas comisiones harían aún más grande la distancia entre los fondos y la inversión directa en Bolsa, ya que 22 de los 55 fondos analizados aplicaban penalizaciones por salida o entrada en el fondo.
En los últimos cinco años, las comisiones medias de gestión y depósito que han cobrado los fondos a sus clientes se sitúa en el 2,41%. Así, de esta forma la rentabilidad bruta sube desde el 8,28% anual hasta el 10,69%. Una subida que no obstante, deja la ganancia de los fondos lejos del 15,94% obtenido por el mercado en igual periodo. De los 55 fondos analizados sólo obtuvo una rentabilidad bruta superior a la del mercado.
"Estos resultados son muy negativos, ya que lo que cabía esperar al utilizar rentabilidades brutas es que aproximadamente la mitad de los fondos hubiera superado al mercado", indican.
La primera conclusión que se obtiene es que no parece existir ninguna relación entre mayores comisiones y mejores resultados en la rentabilidad de los fondos. Una teoría que apoya la tesis de invertir en los fondos que ofrecen a sus clientes unas comisiones más bajas, ya que sus resultados tenderán a ser mejores, una vez que se descuenten las comisiones.
El trabajo intenta explicar esta gran diferencia de rentabilidad entre la inversión directa en Bolsa, dada la evolución de sus índices, y la registrada por los fondos de inversión. Además de las comisiones, los fondos de la Bolsa española también asumen menores riesgos frente al índice de la Bolsa, lo que explicaría en parte esta distancia. Así, el menor riesgo asumido por las carteras de los fondos justifica aproxidamente 1,15 puntos de menor rentabilidad frente al índice, cifra a la que añadir los 2,41 puntos por comisiones de gestión y depósito. Con todo ello, la diferencia de rentabilidad continúa siendo de 4,10 puntos a favor de la Bolsa.
"Todo apunta a que esta diferencia adicional se debe a políticas de inversión desacertadas. En otras palabras: los fondos en lugar de mantener una cartera estable y bien diversificada, han hecho una gestión activa que en vez de mejorar su rentabilidad ha tenido el efecto contrario", explican en su artículo los profesores del IESE.
La falta de diversificación en algunas carteras, cuando lo más sencillo era replicar el número de valores incorporado al índice de la Bolsa española, explica buena parte de esa diferencia. En vez de realizar una gestión pasiva replicando al indicador, la decisión de contar con menos valores se refleja en una pérdida de rantabilidad respecto a la marcha del mercado.
Tampoco han acertado los gestores cuando han movido su cartera de acuerdo con los movimientos de la Bolsa con el fin de aprovecharse de ellos. "Sus resultados hubieran sido mucho mejores si hubieran mantenido una cartera estable fruto de aplicar una política de inversión pasiva. Éste parece haber sido el factor que más ha influido en la diferencia de 4,10 puntos de rentabilidad anual entre la Bolsa y los fondos, después de gastos de gestión y del ajuste de riesgo", sentencian los profesores en su trabajo.
Más transparencia
Otro aspecto interesante es que muchos fondos acumulan gastos de negociación innecesarios que pueden responder al deseo de engordar las arcas de los intermediarios del mismo grupo financiero al que pertenecen las gestoras del fondo. Gastos que lógicamente repercuten en la rentabilidad que finalmente obtiene el ahorrador. Una de las medidas que se propone para mejorar la industira de los fondos es dar mayor transparencia que aumentaría la competencia en favor de los inversores.
La ventaja fiscal de los fondos
Los gestores de fondos han tenido y todavía tienen una limitación para replicar los índices bursátiles debido a la imposibilidad legal de concentrar riesgos. Sin embargo, los fondos de inversión siguen ofreciendo ventajas frente a la compra directa de acciones. Desde enero de este año se permite a los inversores cambiar de fondo de inversión sin tener que tributar. Eso sí, el importe que se saque de un fondo debe colocarse en otro y de esta forma, existan plusvalías o minusvalías, el inversor no tendrá que pasar por Hacienda.
En el caso de compraventa directa de acciones, el inversor cada vez que compra o venda, bien sea en el plazo inferior a un año (va al tipo marginal en el impuesto de la renta de las personas físicas ) o superior a un año (tributa al tipo fijo del 15%) se ve obligado a registrar esa operación en Hacienda y, por tanto, a pagar parte de sus ganancias si ha logrado conseguirlas.
En las reformas del IRPF llevadas a cabo por el Gobierno del PP se ha pretendido la no discriminación fiscal entre los distintos productos financieros, pero se mantiene este trato desigual entre la inversión directa y aquella realizada a través de fondos de inversión. Por ello, pese a que los gestores no sean capaces de hacerlo mejor que el índice, la opción de invertir directamente se ve penalizada fiscalmente.
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