_
_
_
_
_
Reportaje:

El técnico más lúdico

César Ferrando lanza al Albacete, cuyo presupuesto es el más bajo, con juegos en los entrenamientos y buen ambiente en el vestuario

César Ferrando, de 44 años, es un técnico singular. Primero, por sus entrenamientos. "En una pretemporada practicamos rafting. Otras veces jugamos al hockey sobre hierba o al béisbol. El caso es evitar la rutina", explica Jandro, el centrocampista del Celta que el curso pasado fue clave en el ascenso del Albacete a la Primera División. Y el propio preparador valenciano del club manchego lo confirma: "Cada día paso un examen. Si los jugadores se aburren, lo suspendo. Si se van contentos, lo apruebo".

Su Alba aprueba con nota: tiene el presupuesto más bajo de la categoría: 13,5 millones; menos de la mitad que el que le precede, el Murcia, y, sin embargo, ocupa una cómoda 14ª posición, a cuatro puntos del descenso. Otro dato: su futbolista mejor pagado, el defensa central Siviero, que cobra 240.000 euros por temporada, todavía no ha intervenido en la Liga, lesionado como está en una rodilla.

Mediocentro de corte muy técnico en el Valencia de los ochenta, Ferrando comenzó a entrenar en el club de su pueblo, el Tavernes de Valldigna, en Preferente. "Me gustaba ir a Valencia a comprar libros de fútbol. Y un día descubrí uno que me impactó: 120 juegos de ataque y defensa [del alemán Mayer Rolf]. A partir de ahí, empecé a investigar por mi cuenta", explica. Juegos con un objetivo claro: antes de medirse al Madrid, el mes pasado, fomentó entre sus jugadores durante la semana previa la posesión del balón. Funcionó. Sólo Zidane desequilibró al final un partido más igualado de lo previsto: 2-1. "Subiendo las escaleras del Bernabéu, pensé que era el momento de disfrutar. No sé si podré volver", dice Ferrando.

"Ahora bien, por muchos libros que leas, lo más importante del fútbol no se enseña; está dentro de uno", añade el técnico, que cree poco en la táctica: "Puedo ver un vídeo del rival o ninguno. Lo importante es otra cosa. Cuanto mejor ambiente haya en el vestuario, mejor. Sobre todo, si eres un conjunto pobre". ¿Cómo se logra? "Pues... diciéndoles a los jugadores que nadie puede jugar con el sacrificio del compañero".

Otra particularidad de Ferrando es su familia. Su hijo César, de diez años, quiere saber la alineación el día anterior y se enfada si su padre no saca a alguno de sus preferidos. Su esposa, Maribel, se ha recorrido los campos de España con él desde los tiempos en que dirigía al Gandía, en Segunda B, y al Valencia B: "A mi mujer le gusta el fútbol. Y siempre me ha valorado más que yo. Cuando el Valencia B me hizo la oferta, ella me dijo: 'Demuestra que puedes hacer jugar bien a esos chicos". Lo demostró. En Mestalla dejó un gran cartel y un gran sueño: volver algún día al primer equipo.

César Ferrando.
César Ferrando.DIARIO AS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_