La Universidad de Alicante rompe barreras
El campus alicantino diseña un plan pionero para facilitar los accesos y servicios a los discapacitados
Las barreras arquitectónicas y los problemas de accesibilidad en los edificios públicos no afectan sólo a aquellas personas con movilidad reducida. Las madres con los carros de sus hijos, las persona convalecientes con muletas, o cualquier alumno de baja estatura puede en cualquier momento sentirse con serias dificultades para acceder a un edificio, leer un letrero o desplazarse por las calles.
Como los problemas de accesibilidad afectan a toda la comunidad universitaria de Alicante, con más de 30.000 estudiantes y cerca de 2.000 profesores y personal de administración y servicios, el equipo rectoral ha elaborado un plan que se irá desarrollando con el objetivo de subsanar estas deficiencias. La vicerrectora de Alumnado, María José Frau, presentó ayer las conclusiones del estudio que ha realizado la empresa Desarrollo Vía Libre SL, con sede en Madrid y dirigida por el arquitecto Antonio Palacios, sobre los problemas que presenta el campus de Sant Vicent. Para subsanar estas deficiencias de accesibilidad está previsto invertir 6 millones de euros en los próximos cinco años.
"Queremos empezar pronto para que este campus se convierta en un referente en mejora de accesos y comunicación", comentó la vicerrectora. Su compañero de equipo, el vicerrector de Asuntos Económicos e Infraestructuras, Ignacio Jiménez Raneda, anunció que la Universidad buscará financiación externa para desarrollar este programa, en el que, de momento, colaboran el Imserso, la Fundación ONCE y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
El Plan de Accesibilidad del campus de Alicante fue alabado por el presidente de la Asociación de Discapacitados, Jaume Martorell, que confía en que se cumpla y "pronto" se puedan visualizar algunas mejoras. La iniciativa no sólo garantizará los accesos a las aulas y edificios de personas con movilidad reducida, sino que también se ocupará de las dificultades en los medios de transporte, por el resto del campus o la falta de señalización adecuada.
"La Universidad genera mucha información de actividades y conferencias, debemos buscar una fórmula para que todos interesados se enteren", comentó Frau. La mejora de la comunicación sensorial para las personas con problemas de visión también será otro de los aspectos en los que incidirá este programa que contemplará que la señalística del campus esté en el lenguaje Braille. En definitiva, se trata de lograr un campus más accesible.
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