Una mujer polaca muere degollada en un riachuelo de Alcorcón

Un nuevo homicidio, registrado ayer, eleva a 95 las muertes violentas ocurridas en la Comunidad en lo que va de año. Una mujer de unos 45 años, cuya identidad se desconocía anoche, fue hallada ayer en un riachuelo de Alcorcón, dentro de la finca Fuente Cisneros, justo en el límite con el término municipal de Móstoles. El cadáver estaba boca abajo inmerso en el agua. Cuando fue levantado por el forense, éste descubrió un profundo corte en el cuello asestado con un arma blanca, según su primera valoración. La policía espera identificar a la víctima a lo largo del día de hoy.

Sobre las seis de la tarde, la comisaría de Móstoles recibió la llamada de un comunicante anónimo que aseguraba que acababa de ver a una mujer caída en un arroyo cercano al Parque Ovejero, en la Finca de Fuente Vaqueros. Hasta allí se desplazaron agentes mostoleños, acompañados por policías locales. Éstos comprobaron que el cadáver se encontraba en un paraje enclavado en el término municipal de Alcorcón por menos de tres menos, por lo que avisaron a sus colegas del municipio vecino.Al lugar se desplazaron agentes de grupo de investigación de la comisaría alcorconera y agentes de las Brigada de Policía Científica y del Grupo X de Homicidios. También acudieron bomberos de Alcorcón, que rescataron el cadáver, ya que se encontraba en un talud de unos tres metros de altura. Los investigadores esperaron a que se personase en el lugar la autoridad judicial para mover el cuerpo de la víctima. Sobre las 22.00, el juez de guardia de Alcorcón acudió al lugar y ordenó el levantamiento. Entonces comprobaron que se trataba de una mujer de unos 45 años de nacionalidad polaca. Llevaba un jersey que le tapaba parte de la cara y el cuello. Cuando descubrieron esta prenda, se le pudo apreciar un profundo corte que le costó la vida. El resultado de la autopsia que se le será practicada hoy determinará el arma utilizada, aunque todo apunta a un cuchillo o una navaja, según fuentes de la investigación.

El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, en la capital, a donde los agentes de Policía Científica acudieron para reconstruir sus huellas dactilares. Al estar en contacto con el agua, quedaron desdibujadas, por lo que no pudieron ser tomadas en el lugar del crimen. Dos agentes custodiaron durante toda la noche el lugar del crimen, que será inspeccionado hoy de nuevo por los agentes de Policía Científica.

Las primeras investigaciones apuntan a que la víctima vivía con otros cuatro inmigrantes polacos en un chamizo cercano a donde fue encontrada. Sus compañeros de infravivienda, que se encontraban por la zona, fueron detenidos por la policía y trasladados a la comisaría de Alcorcón. En principio, se les incoará un expediente de expulsión del país, ya que carecen de permisos de residencia y trabajo. Además, los investigadores tienen previsto tomarles declaración, ya que no descartan que entre los arrestados pueda estar el homicida.

Las primeras pesquisas apuntan a que la mujer residió durante bastante tiempo en un piso de Móstoles con su marido y su hijo de corta edad, pero que luego se separó del esposo y comenzó a vivir sola.