Estreno español de la última obra de Halffter
El pasado 4 de agosto, el Festival de Salzburgo estrenó la última partitura de Cristóbal Halffter, escrita por encargo del célebre certamen internacional, que hoy dirige el compositor Peter Ruzicka (Dusseldorf, 1948). La interpretación corrió a cargo de la Filarmónica vienesa conducida por Semyon Bychkov (Leningrado, 1952, naturalizado americano desde 1983). A través de la radio pudimos escuchar el Adagio en forma de rondó que ahora nos llega en el ciclo de la Sinfónica de Madrid de la mano de su autor, Halffter.
La idea primera del compositor fue removida por los acontecimientos graves y, si podemos decirlo así, espectaculares, del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, cuyo hundimiento pudo verse a través de la televisión en transmisión directa desde todos los rincones del mundo. El estado de ánimo de Halffter introdujo en su nueva partitura elementos subjetivos que, en alguna medida, matiza una música en la que -como bien dice su autor- "intenta crear arte y comunicación" y, por supuesto, belleza.
Lo que queda logrado y mejor evidenciado en la más serena, pausada y honda asimilación y exteriorización de Halffter que en el caso de la "primera" salzburguesa.
Actitud y saber hacer que nos es conocido por otras creaciones del maestro madrileño y que, de otro modo y menos evolucionado lenguaje, aparecieron en las Microformas,
de 1960, y se refinaron en las Elegías,
de 1975, para reaparecer, con expresiones de mayor violencia, en el Memento a Dresden, de 1996.
Del mismo Halffter volvimos a escuchar el Tiento y batalla, basado en Cabezón y Cabanilles, un best-seller que suele alcanzar los honores del bis, lo que anteayer volvió a suceder como punto final del programa.
Hay que anotar la excelente versión de la Sinfonía de los Salmos, de Stravinski, que la Sinfónica, con Arbós, estrenó en Madrid en 1933, hace 70 años, dos menos que la edad de Cristóbal. Una obra absolutamente genial y emocionante que se benefició del magnífico trabajo del Coro de la Generalitat Valenciana, que dirige el maestro Francesc Perales (Xátiva, 1959).
Todos recibieron largas ovaciones y las mereció igualmente la Fuga ricercata de la Ofrenda musical, de Bach, en la visión renovadora de Webern (1934), en la que podemos reconocer el talante de ambos compositores.
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